La performance educativa de los estudiantes de la provincia de Buenos Aires se ubica entre los más bajas del país, y este fenómeno tiene su correlato en las condiciones que se dan puertas adentro en las escuelas.

En momentos en que la lupa de la educación está puesta casi exclusivamente en la puja salarial, alejarse de la coyuntura y revisar estos números es fundamental para entender la realidad de las aulas. En este escenario, Buenos Aires tiene «malas notas» en muchas de las principales variables que se utilizan para medir el rendimiento educativo: altas tasas de repitencia en primaria, de los más bajos niveles de promoción efectiva en ese nivel y un promedio de sobreedad bastante mayor a las provincias que lideran el ranking nacional.

De acuerdo a un informe que publicó agencia DIB, estos datos tienen una contracara que bien podrían explicar la situación: Buenos Aires es la provincia con mayor cantidad de alumnos por aula y por docente, y es la que menos dinero per cápita destina a los estudiantes. En materia salarial, en tanto, se ubica en línea con el promedio nacional.

Estos datos fueron procesados por el observatorio «Argentinos por la Educación», una organización que reúne a especialistas de todo el país, y elabora sus informes en base a datos públicos relevados por el Ministerio de Educación de la Nación, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y por el Ministerio de Hacienda.

Desempeño irregular
De acuerdo a los datos relevados en 2017 por la organización, en relación al desempeño de los estudiantes, Buenos Aires exhibe peores números en el nivel primario que en el secundario. Por caso, la tasa de repitencia (cantidad de repetidores cada 100 estudiantes) se ubicó en 2017 entre las más altas del país, con el 3,5% (subió 1,4 puntos respecto a 2016). Esto se traduce en una de las más bajas tasas de promoción efectiva (cantidad de alumnos que pasan de año) en ese mismo nivel educativo y en un alto porcentaje de sobreedad (7,4 cada 100 estudiantes tienen más años de los que les correspondería para el año que cursan).

En secundaria, en tanto, si bien los números son más altos ya que se profundizan ciertas tendencias ya evidenciadas en el primario, la ubicación respecto de otras provincias mejora. Así, la tasa de repitencia en este nivel es del 10,4%, lo que ubica a Buenos Aires en el puesto 12°, muy por encima de Santa Cruz (19,2%), la de peor performance. En el mismo lugar se encuentra respecto de la promoción efectiva (con un índice del 77,3%, pero bastante alejado de la Rioja, que lidera con el 85%). La tasa de sobreedad, en tanto, se ubica en el 30,7%, lejos de Tucumán, que encabeza la lista con 21,1%), pero también de Corrientes, que ostenta el récord negativo del 41,8% (esto significa que 4 de cada 10 estudiantes en esa localidad van a la escuela «desfasados» respecto de su edad).

Donde sí exhibe la provincia un índice positivo es en la baja tasa de abandono: con el 1,3%, Buenos Aires se ubica como una de las mejores provincias, solo por encima de otras tres.

¿Cómo puede explicarse la situación bonaerense? Un primer intento de respuesta no puede dejar de tener en cuenta algunos aspectos relacionados con los recursos que se vuelcan a las aulas.

La Provincia, según los últimos datos oficiales recogidos por «Argentinos por la Educación» contaba en 2017 con una matrícula de 4.252.264 estudiantes, el 37% de los más de 11 millones de alumnos que concurren a la escuela en todo el país. También posee la mayor cantidad de docentes: 219.525, de los cuales menos de la mitad se encuentran frente al aula (100.358). El resto son directivos (39.475), docentes de apoyo (72.652) o se encuentran «fuera de planta» (5.433).

En promedio, en cada aula hay aproximadamente 26 estudiantes, 19 por docente, si se tiene en cuenta que en la mayoría de los establecimientos (sobre todo en secundaria) hay más de un profesor por curso, según la materia que dicte. Ese número, a priori, no habla de aulas «atiborradas», pero deben hacerse dos salvedades: Buenos Aires es la provincia que más chicos por aula posee (en el otro extremo, Catamarca cuenta con apenas 17); y existe una diferencia notoria entre en el interior y el Conurbano, donde como ya desarrolló DIB, se registran las peores performances educativas de la provincia.

Esta relación se ve a las claras si se utilizara otra variante: la provincia gasta en promedio $ 27.584 por cada estudiante matriculado. Esta variable, que mide las inversiones totales de todos los estamentos del Estado sobre la cantidad de alumnos registrados, la ubica en el puesto 21° del ranking por provincia, lejos de Tierra del Fuero, que lidera con $ 92.600 per cápita.

Respecto del salario docente, según los registros del año pasado el sueldo de los maestros bonaerenses se encontraba dentro del promedio nacional: un maestro de grado con menos de 10 año de antigüedad percibía $ 12.000, mientras que en Tierra del Fuego (donde el régimen no obstante es otro) supera los $ 18.000.