Una muestra que recorre la infancia de María Eva Duarte de Perón a partir de objetos personales, indumentaria, documentos, juguetes y piezas artísticas se acaba de inaugurar en el Museo Provincial Casa Evita, su hogar natal ubicado en el municipio bonaerense de Los Toldos, donde se pueden ver recreados en detalle los juegos a los que jugaba en su infancia, el modo en que se vestía y hasta cómo se sentaba en la mesa cada miembro de su familia.
La exhibición, organizada por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, que comenzó el sábado pasado y continuará hasta el mes de julio, se emplaza en la casa donde Evita pasó los primeros años de su infancia, espacio que pasó recientemente a depender del Gobierno bonaerense. Allí, los visitantes pueden recorrer la muestra permanente «Evita Niña» basada en el hogar humilde y el patio donde creció. También apreciar la representación de la mesa familiar de la líder política con utensilios de la época, una vela que ilumina el ambiente, un repasador bordado a mano por Juana Ibarguren, la madre de la exprimera dama, y una máquina de coser con la que esa mujer trabajó durante años para mantener a su familia tras el fallecimiento de su esposo Juan.
La exposición está compuesta por piezas rescatadas y recuperadas de la casa natal -que conserva además los pisos, el techo y las aberturas originales- y por un trabajo realizado a través de la museología comunitaria, donde los vecinos de Los Toldos sumaron objetos de la época e historias para recrear escenas cotidianas.
«Investigamos de manera comunitaria los juegos a los que Eva jugaba en su infancia, el modo en que se vestía y cómo se sentaba en la mesa cada miembro de la familia. A partir de donaciones de los propios vecinos, colocamos platos de lata, cucharas, cacerolas, vasos, manteles y sillas del año 1925», cuenta a Télam la museóloga y curadora Maribel García.
La propuesta de la exhibición es que los visitantes logren transitar los espacios donde transcurrió la infancia de Eva y se zambullan en ellos: «Las personas se pueden sentar en la mesa en la que comió Evita y pueden tocar las servilletas bordadas con los nombres de cada integrante de su familia. Se puede formar parte de lo que se sentía en ese espacio y en el ambiente está la presencia fuerte de Eva», señala la curadora.
«Hay también reproducciones de los juegos de esa niña: los barriletes como los que le construía su hermano Juan y la hamaca donde Eva se mecía. Su hermana Herminda contó en su libro que ella decía que quería volar alto, muy alto. ¡Y vaya si lo hizo!», añade García, quien indica que se instaló en el patio de la vivienda-museo «una casita de chapa y unas vaquitas de San Antonio», con las que la dirigente peronista se divertía en su niñez.
La curadora destaca además que la exhibición pretende visibilizar los sueños que Duarte ya tenía en su infancia: «Ella de pequeña montaba casitas de juguete y de grande impulsaría la construcción de viviendas en barrios populares».
La museóloga explica que a partir de testimonios orales «se recuperaron historias que nos permitieron ver cómo ella jugaba, que subía arriba de los arboles y que remontaba barriletes». Y acota: «Intentamos que los visitantes se sienten en la casa y los juegos de aquella niña».
«Hay hasta ropa igual a la que Eva usaba de chiquita para que las y los más pequeños se pueden poner y sientan cómo era el vestuario de aquella época», apunta García.
En el Museo se exhibe, a la vez, la máquina de coser de Juana, la madre de Eva. «Cuando Duarte murió, ese sostén económico se terminó y Eva se puso a coser para subsistir porque había momentos en que no tenían ni para dale de comer a sus 5 hijos. Esa madre los empoderó y les demostró que con trabajo y esfuerzo se podía salir adelante», continúa.
La curadora sostiene que la propuesta del espacio es hacer hincapié en que «los sueños que esa niña tuvo de pequeña fueron gestados en esa casa y, luego se convirtieron en realidad para mejorar la vida de millones de argentinos».
En el espacio hay también una muestra de los juguetes que la Fundación Eva Perón hacía llegar a las familias de trabajadores para las fiestas de Navidad y Reyes: muñecas, autos y aviones.
«El Museo también cuenta con un avioncito de juguete donado por la familia de Fermín, un señor ya fallecido que, de niño, recibió ese regalo por parte de Evita en la localidad de Hinojo. El avión de madera tiene la leyenda ‘Hacia una mayor justicia social’ y él contaba jamás se atrevió a jugar con él por miedo a romperlo», dice García.
«Una vez que el visitante ingresa al lugar a través de la puerta original de la casa, puede sentir e imaginar a esa familia en aquel momento y en ese contexto social. Proponemos explorar y vivir el espacio y a esa Evita que nos dejó un gran mensaje y que sigue viva en el corazón de la gente», resala la curadora.
En tanto, en la Sala 2 hay actualmente una muestra temporal con una exhibición de la artista visual Marina Olmi con curaduría de María Soledad Oyuela, trabajadora del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti.
Las obras que integran la exposición, que lleva como título «Gracias», muestran versiones de una Evita que ha trascendido generaciones y hoy se ha transformado en figura icónica para diversos colectivos sociales, culturales y políticos.
En ese sentido, Oyuela manifiesta que «la imagen de Eva ha trascendido y transversalizado todas las capas de la sociedad. Su imagen icónica se fue dibujando a partir de imágenes, fotos históricas y los diseños hechos por artistas como Numa Ayrinhac, Daniel Santoro o Ricardo Carpani».
«Hoy otros artistas versionan o reversionan a Eva y la decisión fue llevar a la Casa de Los Toldos la obra de Marina Olmi, quien ya expuso en el Museo Evita de CABA», destaca y subraya que la muestra «se llama ‘Gracias’ dado que se trata de un agradecimiento por la existencia misma».
«Ella abordó desde su imaginación y el humor la imagen de Eva en contextos distintos pero siempre con alegría. En las obras, vemos a Eva en distintas situaciones: mirándonos desde el futuro en una nave, haciendo ñoquis para todos, siendo una sirena en el fondo del mar, en el momento de la creació y en el diluvio universal junto a Perón», agrega.
«También hay una serie en la que «la abanderada de los humildes muestra la bandera de la diversidad, con la idea de que Evita sea también la Eva de la inclusión», acota.
Otro trabajo titulado «Confianza y lealtad», muestra a la vicepresidenta Cristina Kirchner atajando a Eva, como si fueran dos equilibristas en el aire.
A su vez, en la Sala 3 del espacio se lleva adelante la exposición «Evita es Hoy, nuevas luchas, la misma inspiración», una propuesta que se compone de variadas gigantografías, objetos personales, indumentaria, documentos referidos a la acción política y social de Eva Perón a través de distintos valores que representan su legado que continúa vigente y hoy es fuente de inspiración para las nuevas generaciones.
Desde principio de los años 80 se comenzó a proyectar la idea de comprar el inmueble donde Evita había pasado los primeros años de su infancia. La iniciativa fue adoptada por Antonio Cafiero hasta que, en 1986, el diputado nacional del PJ Lorenzo Pepe presentó un proyecto para que sea adquirida por el Poder Ejecutivo y declararla monumento histórico y de interés nacional.
Finalmente, en 1987 la casa fue declarada Monumento Histórico Provincial por Ley N° 10.503 y en 2002 se la declaró como Monumento Histórico Nacional mediante la Ley Nº 2563.
El complejo se propone evocar la memoria, la historia y el legado de Evita en su pueblo natal, y se proyecta como un espacio abierto al debate, la construcción y la interrelación con la comunidad local, provincial, nacional e internacional. Se puede visitar de martes a domingo de 9 a 18.
«Es un lugar que nos genera mucha emoción porque acá es donde Evita forjó la personalidad desde la que se proyectó al mundo y desde donde, con este museo, podemos transitar su pasión y vocación por la causa de los más humildes, los trabajadores y las mujeres», expresó la presidenta del Instituto Cultural, Florencia Saintout.