Cansados de no conseguir agua caliente para el mate, quince alumnos de electromecánica de una escuela técnica de Villa Elisa, en el partido de La Plata, inventaron una máquina expendedora que la sirve a la temperatura justa y, además, despacha yerba y azúcar.
Se trata de un artefacto rectangular que se apoya sobre una mesa y posee un espacio para colocar un termo, por donde sale agua caliente a 85º; otro lugar por el cual cae la yerba; y un tercero por donde se sirve el azúcar. Todos pueden accionarse por medio de pulsadores.
«La idea nació porque los chicos no tenían de dónde sacar agua caliente para el mate. Entonces, como máquinas expendedoras de agua caliente hay en todos lados, pensamos en hacer algo que fuera más allá y tire también yerba y azúcar», contó Daniel Ruiz, profesor de electromecánica de la Escuela Técnica Nº2, quien orientó a los alumnos en el proyecto.
En ese marco, el docente agregó: «Nos pusimos a trabajar y después de dos meses la terminamos. La máquina está hecha en base a materiales reciclados que fuimos reuniendo: hierros que había en taller del colegio, un pedazo de lavarropas que trajo uno de los chicos, cosas que yo tenía en mi casa y chapas que encontrados en la calle».
Sobre el funcionamiento, explicó que las cantidades tanto de yerba como de azúcar son las que se emplean normalmente para un mate de tamaño estándar y para la caída de esos ingredientes se colocaron motores. A la vez, para evitar que el azúcar se humedezca, insertaron una resistencia que arroja aire caliente cerca del recipiente donde ésta se encuentra depositada.
«Tocando un pulsador sale el agua, tocando otros dos salen la yerba y el azúcar. No llegamos a automatizarla. Los elementos dejan de caer cuando uno deja de apretar. Es algo muy fácil de manejar», apuntó Ruiz, y adelantó que «la idea es que el año que viene los alumnos de electrónica se encarguen de la automatización del aparato», para que se pueda pagar con cospel y que por medio de un display se regulen los tiempos y cantidad de salida de los elementos.
Además, intentarán que el usuario pueda elegir la temperatura del agua de manera electrónica ya que hasta ahora sólo la controla un termostato.
«Queremos que la máquina quede en la escuela. No nació con la idea de comercializarla, sino para suplir este déficit y que quede en la escuela y todos puedan disfrutar de esta pasión argentina que es el mate», finalizó el profesor de los inventores, de 7mo. año.