Una agencia gubernamental, un actor privado y dos partidos políticos de la Argentina (ninguno identificado) emplean herramientas y técnicas de manipulación social online, asegura el estudio «Orden Mundial de la Desinformación. Inventario Global 2019 de la Manipulación Organizada en Redes Sociales», publicado por la Universidad británica de Oxford.
Esa acción, desplegada sobre todo en Twitter, Instagram y Facebook, busca «moldear actitudes públicas a nivel nacional», revela la investigación del Instituto de Internet de Oxford, que ubica al país entre las 70 naciones donde operan «cibertropas» para realizar propaganda computacional.
Las cibertropas -agrega el informe- emplean estrategias para «difundir mensajes de apoyo a los gobiernos», «atacar a la oposición», «dividir y polarizar a la sociedad»·y «suprimir la participación social en redes a través de ataques personales o acoso».
Dentro de una escala de mayor a menor por nivel de actividad -que ilustra con gráficos- el estudio de Oxford ubica a nuestro país en el grupo con «tropas cibernéticas mínimas», es decir equipos «de reciente formación», con «recursos mínimos» y que «solo aplican unas pocas herramientas de propaganda computacional a un pequeño número de plataformas». En el mismo último lugar aparecen Angola, Armenia, Australia, Croacia, Ecuador, Grecia, Países Bajos, Corea del Sur, Suecia, Taiwán y Túnez.
En el otro extremo, los países de más alta actividad son China, Rusia, Estados Unidos, Venezuela, Egipto, Irán, Israel, Myanmar, Arabia Saudita, Siria, Emiratos Árabes y Vietnam.
Las cibertropas argentinas comprenden un staff de entre 30 y 40 personas con «múltiples contratos valuados en 14 millones de pesos», precisa en uno de los gráficos, y agrega que ese valor fue de 11 millones de pesos en 2015 y de 200 millones de pesos en 2017.
En la Argentina la manipulación de las redes está a cargo de personas físicas y bots (cuentas automatizadas), mientras que en otros países -como Guatemala, Rusia, Irán y Corea del Norte- también emplean cyborgs (cuentas automatizadas con revisión humana) y cuentas hackeadas.
Las estrategias de comunicación para manipular las redes incluyen campañas de «desinformación y manipulación mediática», estrategias basadas en datos, el uso de trolls para atacar a opositores y activistas, y la colaboración de medios para amplificar el mensaje, agrega el estudio.
La investigación, aseguran sus autores (Samantha Bradshaw y Philip N. Howard) monitoreó durante los últimos tres años «la organización global de la manipulación de redes sociales por parte de gobiernos y partidos políticos» .
Asimismo, advirtió que «las redes sociales han sido cooptadas por muchos regímenes autoritarios», y aseguró que «un puñado de actores estatales sofisticados usan propaganda computacional para operaciones de influencia extranjera».
Por su parte, «Facebook y Twitter atribuyeron operaciones de influencia extranjera a siete países (China, India, Irán, Pakistán, Rusia, Arabia Saudita y Venezuela) que han utilizado estas plataformas para influir en audiencias globales», destacó.