El procurador general ante la Suprema Corte de Justicia bonaerense, Julio Conte Grand, afirmó esta tarde que al fiscal Fernando Cartasegna, golpeado esta tarde en su despacho de La Plata, «le dejaron escrito con azúcar la palabra Nisman», en alusión al fallecido fiscal que investigaba la causa Amia.

Cartasegna, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 4, fue víctima de una nueva agresión física, esta vez en su propio despacho de la ciudad de La Plata, donde fue hallado maniatado, según se pudo confirmar de fuentes oficiales de la Provincia de Buenos Aires.

Cartasegna, que investiga el nexo entre ex policías y abogados «caranchos» para estafar a aseguradoras, estaba en su despacho, cerrado con llave, pero los agresores lograron acceder y lo golpearon y ataron con cables de teléfono. Antes de retirarse, dejaron una nota amenazante, indicaron las fuentes.

Cartasegna está fuera de peligro y sólo tiene algunas heridas, producto de los golpes, pero de todos modos fue llevado al Hospital Italiano de la ciudad de La Plata, para ser revisado.

El edificio en el que se encuentra la fiscalía estaba bajo custodia de dos agentes del Servicio Penitenciario, pero a partir de este nuevo incidente quedará a cargo de la Policía Bonaerense.

Tras el violento episodio, el doctor Leandro Milone, secretario de la fiscalía, explicó que al fiscal «lo encontraron atado, con una marca en el cuello».

«La custodia estuvo ahí y la gente de seguridad del edificio también estaba, no se entiende cómo pudo pasar esto», se cuestionó Milone.

Cuando se conoció que Cartasegna estaba por recibir un caso que involucra a ex comisarios en una causa que vincula a policías con abogados «caranchos», comenzaron las amenazas.

Primero aparecieron papeles con su foto que hacían referencia al fallecido fiscal Alberto Nisman, luego entraron a su casa -donde hirieron a un perro- y finalmente el propio Cartasegna fue golpeado en la calle cuando se dirigía a la fiscalía. Las personas que lo atacaron ese día -el sábado pasado a las seis de la mañana- estaban vestidas con viejos uniformes policiales.

«Me dí cuenta que no eran policías porque llevaban el uniforme de verano», había confiado el fin de semana tras el ataque el fiscal Cartasegna.

«Mientras me pegaban me decían que lo que yo ganaba ellos lo hacían en un día, me hablaron de mis hijos, de lo que hacían mis hijos, me trataban de ‘gato’, de que no me metiera», dejó saber además el representante del Ministerio Público, al que además le advirtieron: «Te vamos a suicidar».