El fallecido juez Claudio Bonadio estuvo a cargo del juzgado federal 11 porteño durante 26 años, desde que fue nombrado en 1994 por decreto en la presidencia de Carlos Menem, al ampliarse el fuero que investiga delitos de corrupción pública y narcotráfico.
Divorciado y con un hijo músico, el magistrado de 64 años llegó al fuero federal de la ciudad de Buenos Aires, con actual sede en Comodoro Py 2002, pese a que se le había aprobado el pliego para ser nombrado juez federal en Morón en 1993, un cargo que no llegó a asumir.
Nacido el 1 de febrero de 1956 en el partido bonaerense de San Martín, estudió abogacía en la Universidad de Buenos Aires y se recibió en 1988, a los 32 años.
En el menemismo fue asesor del ex ministro del Interior Carlos Corach y, luego, asumió como subsecretario Legal y Técnico de la Presidencia, cargo que ejerció desde septiembre de 1992 hasta que asumió en su juzgado del cuarto piso de Comodoro Py.
Con la ampliación a doce de los juzgados federales de primera instancia, Bonadio ocupó uno de los cargos sin necesidad de acuerdo del Senado nacional porque ya lo había obtenido para desempeñarse en Morón.
En la década del ’90, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo lo mencionó como parte de un listado de supuestos jueces que beneficiaban al menemismo, en lo que se llamó la «servilleta» de Corach.
En el 2001, el fallecido magistrado mató a balazos a dos ladrones que intentaron asaltarlo cuando bajaba de su vehículo con un amigo en la localidad bonaerense de Villa Martelli.
Bonadio fue el primer juez en procesar a la actual vicepresidenta y ex presidenta Cristina Kirchner, en la causa por supuestos delitos con la venta de dólar futuro en el final de su gobierno.
Desde ese día, el 13 de mayo de 2016, avanzó en numerosas causas que involucraron a la ex mandataria y su gabinete; entre ellas la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán por el atentado a la AMIA, y la causa Hotesur, hasta que se lo apartó y quedó a cargo de otro magistrado.
En 2017, con la aparición de los cuadernos del remisero Oscar Centeno, quedó a cargo de esa pesquisa, volvió a procesar a la actual Vicepresidenta y entonces senadora nacional como supuesta jefa de asociación ilícita con prisión preventiva y pidió su desafuero.
En esta investigación procesó, además, a sus principales ex funcionarios y a medio centenar de empresarios que obtuvieron obra pública durante el gobierno kirchnerista.
El juez fue blanco de reiteradas acusaciones por parte de Cristina Kirchner, quien lo acusó de ser uno de los principales impulsores del «lawfare» contra su persona y la de sus hijos.
También investigó la tragedia del tren de Once -ocurrida el 22 de febrero de 2012- y procesó a los detenidos ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; a los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi; y a empresarios como Claudio Cirigliano, todos actualmente condenados tras un juicio oral.
Bonadio estuvo a cargo además de la investigación por irregularidades cometidas en la investigación del atentado a la AMIA, el 18 de julio de 1994 y luego también fue apartado por la Cámara Federal porteña.
El fallecido magistrado también instruyó causas contra el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno.
Bonadio fue objeto de medio centenar de denuncias en su contra en el Consejo de la Magistratura de la Nación, gran parte de las cuales resultaron desestimadas.