Punto de encuentro entre dos capitales peninsulares, Madrid y Lisboa, y con una histórica relación con Iberoamérica, al haber sido parte de la antigua ruta de la plata, la ciudad de Cáceres, al suroeste de España, es el primer complejo monumental de su país y el tercero de Europa, y ostenta el privilegio de ser la segunda ciudad española con más espacios verdes por habitante.
Si bien su creación se remonta a la Antigüedad, la época que dejó allí su impronta es la Medieval, algo que se respira en cada rincón de esa bella ciudad y que se aprecia en todo su esplendor en la Plaza Mayor, enmarcada por joyas arquitectónicas como la Torre Bujaco, la Torre de los Púlpitos, la Torre de la Hierba y el Ayuntamiento.
Esta urbe, capital de la provincia homónima en la Comunidad Autónoma de Extremadura, es el camino obligado para trasladarse de Madrid a Lisboa, ciudades de las que equidista alrededor de 300 kilómetros.
Sus cerca de 100 mil habitantes están orgullosos de una ciudad que supo cuidar su patrimonio arquitectónico, envuelto en un medio ambiente envidiable, que hace que la sostenibilidad sea un derecho inalienable.
Tan orgullosa como sus vecinos, la alcaldesa Elena Nevado del Campo, de paso por Buenos Aires, invitada por el Ministerio del Interior argentino, describió como un «valor fundamental» esas características de Cáceres.
«Ser un conjunto monumental y medieval de tal relevancia requiere de una gestión especial; tenemos el reto de preservarlo para el mundo», apuntó con una amplia sonrisa y encantada de visitar el país junto a sus colegas de Santander, Logroño y León.
Es que Cáceres, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986, es un regocijo para los sentidos, con su clima mediterráneo que deja ver un cielo inmenso, y su aire puro producto de un «medio ambiente envidiable», como reconoció la funcionaria, que se mezcla con la piedra de sus calles y construcciones.
Romanos, visigodos, árabes y cristianos dejaron su impronta en esta ciudad bellísima, que pasadas las turbulencias de parte del siglo XX, ingresó a la nueva época y siglo con toda la fuerza que impone su monumentalidad y su gestión moderna.
«Conocemos nuestro pasado urbano, con el agregado de ser la segunda ciudad de España con más metros cuadrados verdes por habitante, y hemos le hemos agregado 17 metros cuadrados verdes turísticos. En Cáceres hay 9 hectáreas de zonas verdes», remarcó la alcaldesa.
Cáceres es una ciudad de palacios, «tenemos más de 40 diseminados por la ciudad -explicó Nevado del Campo- y con la particularidad de que la gente sigue viviendo en ellos».
Nombrarlos a todos sería una tarea inabarcable, sin embargo sería imposible soslayar aquellos como el Palacio Episcopal; el Palacio de los Golfines de Abajo; la Casa de los Solís o Casa del Sol; el Palacio Toledo-Moctezuma; la Casa Becerra; y el Palacio de las Cigüeñas, entre tantos otros.
También, como toda ciudad amurallada, está plagada de torretas defensivas -todas desmochadas por orden de Isabel La Católica-, entre las que se destacan la Torre Cotaja o de los Aljibes, la Torre del Horno, las Torres de Mérida Este y Oeste, la Torre Ochavada la Torre Redonda o de la Mora y la Torre de los Pozos.
Esta escenografía medieval, que se respira por cada rincón de la ciudad, fue aprovechada por varias producciones televisivas para utilizarlas en sus producciones.
Es así que en Cáceres se rodó la séptima temporada de Juego de los Tronos (Games of Thrones), y la popular serie española «Isabel», sobre la vida de la Reina Católica, por lo que se constituyó una «Ruta de Películas, en la que se ofrece a los turistas un itinerario por los lugares que sirvieron como escenografía», precisó la funcionaria.
Pero no solo Cáceres destaca por su monumentalidad medieval y sus espacios verdes, también la tecnología aportó un extraordinario dinamismo al sector turístico y económico de la ciudad.
«A la hora de gestionar el día a día en temas como residuos o iluminación, por caso, se nos presentó un reto y una forma de generar oportunidades, y aquí jugó un papel muy importante el pertenecer a la Red de Ciudades Inteligentes», explicó la alcaldesa, que además de ser una de sus impulsoras, es su vicepresidenta.
«En nuestro proyecto «Cáceres, Patrimonio Inteligente», vamos a monitorear los jardines y casas para saber cuál es el estado de conservación de nuestros monumentos e influenciar en la economía local -vivimos del sector servicios- para que las pernoctaciones de los turistas sean mayores. Hoy la pernoctación promedio es de 2,4 días por persona», aclaró.
«Eso nos permitió estar en convocatoria pública para gestionar el turismo de manera sostenible e inteligente, porque nuestra estrategia es la del desarrollo urbano y sostenible, sin olvidar nunca lo que somos, pero con esa parte urbana y cosmopolita que se ha incorporado a las Smart Cities españolas», destacó.
Esta ciudad de ensueño, que en 2017 fue visitada por unos 700 mil turistas, es un lugar imprescindible para conocer la historia, degustar su rica y variada gastronomía, disfrutar de festivales y actividades culturales, aprovechar el aire puro de sus espacios verdes, e imaginarse, aunque sea un instante, como un peregrino medieval.
Cáceres es una ciudad para visitar todo el año, así como sus municipios vecinos cargados de historia y cultura, y no solo en Semana Santa, época de mayor ocupación, sino en el momento en el que el viajero quiera descubrir una de las maravillas arquitectónicas más deslumbrantes.