La coalición gobernante Cambiemos consolidará su poder en la Cámara de Diputados desde el 10 de diciembre con la asunción de los nuevos legisladores, y desde esa posición buscará priorizar los consensos con los parlamentarios que responden a los gobernadores peronistas para sancionar leyes estratégicas como las reformas laboral, tributaria y previsional, el Presupuesto y el nuevo Pacto Fiscal.
A la luz de los acuerdos enhebrados entre el gobierno nacional y los mandatarios provinciales, Cambiemos intentará plasmar los consensos para aprobar las leyes con el bloque justicialista y las bancadas que responden a los gobernadores de Córdoba, Santiago del Estero, Misiones, Chubut y Neuquén.
El presidente Mauricio Macri firmó el jueves con los gobernadores un nuevo pacto fiscal y acordó los proyectos de reformas del sistema tributario y previsional, y con la CGT la reforma laboral, que tiene como punto central el blanqueo de trabajadores en negro.
La idea del oficialismo es que estas iniciativas sean sancionadas antes de fin de diciembre.
A diferencia de lo que sucedió cuando asumió Macri, momento en que el oficialismo priorizó la alianza con el Frente Renovador y una quincena de diputados que respondían a los gobernadores del PJ, ahora los consensos se harán con los legisladores peronistas.
Se repetirá el esquema del Senado donde se priorizan los acuerdos con los legisladores que responden a Miguel Ángel Pichetto y este nuevo sistema de alianzas ya se empezó a observar en los últimos días cuando el massismo se opuso a leyes centrales del oficialismo, como la reforma de la ley de mercados de capitales y la de Defensa de la Competencia para combatir las prácticas antimonopólicas.
Una influyente fuente del oficialismo señaló que «vamos a priorizar el consenso con los diputados que respondan a los gobernadores porque nos tenemos que asegurar la sanción de las leyes en las dos cámaras, dado que es más previsible acordar con quienes tienen la responsabilidad ejecutiva».
En el oficialismo dicen que esperan no tener que ceder a concesiones como sucedió con el massismo cada vez que querían sancionar un proyecto, y por eso sostienen que ahora «los acuerdos se celebrarán más en la Casa de Gobierno que en el Congreso».
Pero además como el oficialismo tendrá una primera minoría consolidada con 109 diputados -en lugar de 86 como tiene ahora, con lo cual estará solo a una veintena del quórum propio, que es de 129 miembros-esto le permitirá aumentar su control para la conducción la cámara, a diferencia de lo que sucedió hace dos años cuando debió ceder al kirchnerismo la vicepresidencia primera, hoy en manos de José Luis Gioja, y comisiones estratégicas.
Por lo pronto, un radical ocupará la vicepresidencia primera para secundar al presidente Emilio Monzo, que será ratificado en diciembre en su cargo, y lo mismo sucederá con el jefe del interbloque Cambiemos que seguirá siendo conducido por el radical Mario Negri, quien a su vez mantendrá la presidencia del bloque radical.
En tanto la vicepresidencia segunda recaerá en el FPV o Unidad Ciudadana, o como vaya a denominarse el espacio kirchnerista, y la tercera debe dirimirse entre el bloque justicialista o el massismo, cuyo principal referente, Sergio Massa, concluye su mandato en diciembre.
De todos modos, la prioridad del oficialismo es tener la conducción de comisiones centrales, que le cedió al Frente Renovador y al kirchnerismo, como Energía -hoy acéfala debido a que su ex presidente Julio de Vido está preso-, y Previsión Social, que preside la massista Mirta Tundis; el oficialismo la pretende para encarar la discusión central de la reforma previsional.
Otra comisión clave para el oficialismo es Comunicaciones, que es encabezada por el cordobés Juan Brugge, un demócratacristiano que responde José Manuel de la Sota, ya que allí hay temas clave que se avecinan, como la nueva ley de medios y la distribución de la publicidad oficial.
En cambio la comisión de Legislación del Trabajo podría permanecer en manos del bloque justicialista, dado que su titular Alberto Roberti responde a la bancada donde los mandatarios peronistas tienen una fuerte influencia y a la vez este sindicalista tiene una buena relación con la conducción de la CGT, indicaron voceros parlamentarios.
En la actualidad, el oficialismo tiene 17 comisiones y aspira a sumar otras cuatro, mientras el kirchnerismo tiene 14 pero se supone que perdería alguna, y lo mismo el massismo que pasarán al bloque justicialista si finalmente puede alcanzar unas 37 o 40 bancas como aspira en ese sector político.
Esto sucede porque el kirchernismo perderá una decena de legisladores que se referencian en sus gobernadores, que en su mayoría podrían ingresar al bloque justicialista -encarnado en Diego Bossio- como sucede con los legisladores que ingresarán por San Juan, Entre Ríos, Tucumán, y Chaco, a los que se pueden sumar los cordobeses que están distanciados del massismo.
También perderá fuerza el interbloque del Frente Renovador porque los cordobeses, chubutenses y neuquinos ya no integrarán ese espacio y solo quedaría el massismo con 23 diputados, con lo cual ya no tendrán la fuerza que hasta ahora tenían con 37 representantes.
Sin embargo, el diseño de las bancadas opositoras ligadas al peronismo como el kirchnerismo, el bloque del PJ, y el massismo recién quedarán definidas en los próximos días, previo a la jura de los diputados electos, prevista para el 6 de diciembre en una sesión preparatoria donde también se definirán las autoridades del cuerpo para el próximo año.