La apertura del período ordinario de las sesiones ordinarias en los 135 concejos deliberantes bonaerenses se completó este fin de semana con los discursos de sus intendentes y con la puesta en marcha de la nueva estructura de los bloques partidarios, en los que se consolida el predominio del frente Cambiemos.
En efecto, la alianza constituida por el PRO, el radicalismo y la Coalición Cívica se impuso en 2017 en las elecciones por la renovación parcial de sus parlamentos locales en 101 de sus distritos.
En 2015, había incorporado 65 intendentes propios y sumado luego otros 4 mandatarios locales electos por fuerzas políticas opositoras.
En la actualidad la coalición conducida a nivel nacional por el presidente Mauricio Macri, cuenta con 69 jefes municipales en la provincia de Buenos Aires, por la adhesión de dos intendentes del Frente para la Victoria (FpV), uno de una agrupación vecinalista y otro del massista Frente Renovador (FR).
En el primer caso se trata de los intendentes de Azul y de San Nicolás; en el segundo, el vecinalista de Coronel Pringles, y finalmente el actual ministro de Producción bonaerense e intendente de San Miguel en uso de licencia Joaquín de la Torre.
Ahora, Cambiemos cuenta en el municipio gobernado alguna vez por el ex carapintada Aldo Rico con 14 concejales, Unidad Ciudadana con 8, el radicalismo independiente con un integrante y el otrora oficialismo massista también con un monobloque.
Por el sorpresivo triunfo de la alianza encabezada por el macrismo en las elecciones municipales de 2017 en Tigre, el oficialismo local massista dejó de tener mayoría en el concejo deliberante.
Esta situación y la mejor performance relativa de Unidad Ciudadana en territorio de Sergio Massa, obligó al intendente Julio Zamora a estrechar alianzas con el peronismo para intentar mantener el control de su departamento deliberativo ante el avance de Cambiemos.
Sin embargo, quien se encuentra en problemas mayores es «el Mauricio de San Vicente», como llaman en ese municipio de la Tercera Sección Electoral al intendente Mauricio Gómez, que inesperadamente se impuso en 2015 al Frente para la Victoria por 734 votos.
En esa elección, ambas fuerzas, e incluso el massismo, obtuvieron 3 bancas cada uno, completando los 9 espacios que se renovaron en el concejo deliberante.
Pero para contrariedad de Mauricio Gómez, el FpV, en 2017, en su nueva versión de Unidad Ciudadana se alzó con 6 concejalías y Cambiemos con 3, mientras el massismo se quedó con las manos vacías y el peronismo opositor se instaló a un paso de la mayoría en ese poder legislativo.
Con todo, el frente entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica se afianzó en la totalidad de la Provincia, aunque con mayor fuerza aún en el interior del territorio, donde arrasó en las últimas elecciones legislativas.
Mientras, el peronismo mantiene su gran caudal electoral en el conurbano, y en particular en la Tercera Sección, donde se concentra el mayor padrón de la región.
La inauguración de las sesiones ordinarias de los concejos deliberantes bonaerenses está reglada en el segundo punto del artículo 68 de la Ley Orgánica de las Municipalidades (LOM), en el que se establece que los parlamentos locales bonaerenses abrirán sus sesiones ordinarias el 1° de abril de cada año y lo cerrarán el 30 de noviembre.
Pero como este 1″ de abril quedó en medio del fin de semana largo, producto de las celebraciones de la Semana Santa y el aniversario del desembarco en Malvinas, en la mayoría de los concejos deliberantes se resolvió trasladar las inauguraciones para la semana, que concluyó ayer.