Colón, con obras y mejoras en su parque termal, apuesta con fuerza al turismo en ese rubro para los meses de temporada baja, una época en la cual esta ciudad entrerriana cuenta con un microclima ideal para la relajación, informó hoy la Dirección de Turismo colonense.
El parque termal colonense, cuyas aguas son reconocidas con la expresión «Naturalmente Distintas», cuenta con las mejores vistas del río Uruguay y ofrece actividades complementarias de ocio y recreación que lo convierten en una de las mejores opciones turísticas durante todo el año.
Colón ofrece una alternativa para que el turismo termal sea una conjunción entre la salud física, corporal y mental a partir de las características de sus aguas, que son especiales porque logran calmar afecciones reumáticas y respiratorias y mejoran la textura de la piel.
La directora de Turismo de Colón, María Rosa Sander, aseguró que «las aguas termales fluyen de manera tibia y relajante en las 13 piscinas con las que cuenta el complejo».
Sander dijo que las características salientes de las aguas colonenses «son su alto contenido de sodio, cloruro, potasio y fosfato, que las convierten en mesotermales, bicarbonatadas y sódicas».
El complejo termal de Colón tiene tecnología de punta que permite adaptar la temperatura del agua de las nueve piletas cubiertas y las tres al aire libre para las diferentes estaciones del año.
Además, cuenta con un sector exclusivo de relax con ocho camas individuales de hidromasajes.
El agua termal mineralizada y de gran calidad, que tiene propiedades curativas y de mejoramiento de la textura de la piel, brota desde lo más profundo del acuífero Guaraní, una de las más importantes reservas de agua del mundo.
La directora de Turismo de Colón afirmó que «el río Uruguay invita a la relajación con su movimiento en un entorno singular de riquezas naturales donde el agua, la flora, la fauna y el paisaje se mezclan para formar un microclima especial que despierta en los visitantes una sensación de bienestar y relax».
La localidad entrerriana, que tiene 2.600 plazas hoteleras y casi 17.000 sitios de alojamiento, entre bungalows, casas particulares y campings, también permite disfrutar del Palacio San José, una mansión que fue la residencia de Justo José de Urquiza; de la exquisitez de la bodega de alta gama Vulliez Sermet, y de la exuberante naturaleza del Parque Nacional El Palmar.