Los grupos de mujeres a favor y en contra de la despenalización del aborto comenzaron a copar esta mañana la Plaza del Congreso, que amaneció cortada al medio, una imagen de lo que ocurre dentro del recinto de la Cámara de Diputados donde se debate por primera vez la legalización de la práctica hasta la semana 14 de gestación.
«Dicen que somos zurdas y asesinas. Voten aborto o va a haber quilombo», cantaba Valeria Martínez, 18 años, estudiante de arte, en la esquina del Congreso poco después de las 11.30, cuando en el recinto dos violinistas y un chelista daban los primeros acordes del Himno Nacional, antes de la histórica sesión.
Valeria llegó junto a sus compañeras del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), como la mayoría de las mujeres que a esta ahora se animan al frío de la plaza, donde ya se venden pañuelos verdes y celestes a 50 pesos, muñecas de paño con el pañuelo verde al cuello, además de remeras con frases que avalan y rechazan el aborto.
“Defendemos la vida y la república. No podemos permitir un genocidio de bebés”, dice a Télam Marcela Guzman, que vino con sus amigas desde Lomas de Zamora.
A pocos metros, Micaela baila con un cartel que reza «ni puta para coger, ni madre por deber, ni presa por abortar».
Las vallas azules que dividen la Plaza del Congreso sirven desde esta madrugada para separar a los grupos que apoyan el proyecto que se congregan desde avenida Rivadavia hacia avenida Corrientes, y a los que lo rechazan, que lo hacen de Rivadavia hacia avenida Belgrano.
Pero fueron las que están a favor de la legalización las que primero coparon la calle con carpas para hacerle frente a la mañana helada, y se instalaron casi al mismo tiempo que las vallas.
Con una sensación térmica de apenas 3 grados, los primeros valientes fueron los vendedores de pañuelos verdes, que al menos hasta después del mediodía son un mejor negocio que los celestes, ya que recién a las seis de la tarde se espera la llegada masiva de los militantes de grupos contrarios a la despenalización.
A 50 pesos cada uno, los que hoy se podían conseguir son la réplica de los originales confeccionados por una cooperativa de mujeres para la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, promotora del proyecto de ley.
“Estoy feliz”, grita mientras camina hacia la puerta del Congreso con su pañuelo verde al cuello Fabiana Tuñez, directora del Instituto Nacional de las Mujeres.
Y cuenta que ayer le regaló uno a su mamá de 82 años, quien prometió que hoy le iba a rezar a San Antonio para que salga la ley.