Tener pies y piernas prolijos es fundamental ya que cuando llegue el verano, y sea hora de comenzar a usar sandalias, agradecerás haberlos cuidado todo el año.
Sequedad y durezas en talones. Los talones se llevan la peor parte. Sus bordes pueden aparecer blanquecinos debido a la falta de hidratación y a la acumulación de hiperqueratosis (nombre técnico de las famosas durezas), algo doloroso y antiestético. En casos extremos, los talones agrietados pueden sangrar y provocar dolor al caminar, por lo que es fundamental tratarlos para que no se produzcan infecciones si esas grietas son muy profundas.
Solución: usar dos veces por semana una lima o piedra pómez después de ducharse en las zonas rugosas y ásperas de los pies con el objetivo de eliminar las durezas. Aplicar cremas hidratantes por la noche para evitar que su uso durante el día aumente la transpiración. Los productos con un poco de salicílico, urea o manteca de karité mejoran la cicatrización de las grietas al estimular la renovación celular.
Rozaduras y ampollas. Las rozaduras se producen por la fricción de la piel desnuda contra el calzado. Y las ampollas, en vez de lacerar la piel, se levantan acumulando líquido debajo.
Solución: cuando se empieza a notar una rozadura hay que actuar inmediatamente para proteger la zona con una curita o similar y si es posible, cambiar de calzado para no dañar más la zona y evitar la formación de ampollas. Pero si ya aparecieron, no es aconsejable pincharlas. Lo importante será extremar la higiene para no propiciar infecciones.
Transpiración excesiva. En los pies existen una gran cantidad de glándulas sudoríparas y en algunas personas que transpiran en exceso, la humedad puede producir grietas interdigitales, irritaciones o también olor desagradable.
Solución: existen desodorantes específicos para los pies que, aunque no evitan el exceso de transpiración, atacan el mal olor. Los antitranspirantes, en cambio, reducen la sudoración al tapar en cierto grado los poros controlando así la humedad. Para facilitar la cicatrización de las grietas interdigitales y evitar infecciones, se recomienda un antiséptico. También es importante secarse muy bien entre los dedos luego de la ducha y usar algún producto secante como los polvos de talco antes de calzarse.
Infecciones por hongos. Proliferan con el calor y el clásico pie de atleta (infección por hongos debido a una transpiración extrema y humedad concentrada) amenaza con aparecer en los dedos provocando rojez, sequedad y escamosidad en la piel.
Solución: aplicar un antimicótico con constancia hasta la desaparición de los hongos es el mejor tratamiento. También hay opciones con láser, como el Neodinium Yag, que se utiliza contra la onicomicosis de las uñas y actúa de manera específica sobre el hongo que se encuentra bajo la lámina ungueal. Este procedimiento es una opción rápida y sin efectos adversos, además de una alternativa para las personas que no pueden recibir medicación vía oral o que no han respondido a ella de forma satisfactoria. La cantidad de sesiones varía según el caso. Pueden ser necesarias hasta ocho y se aplica con intervalos de entre 15 a 21 días. Los resultados se observan a medida que se renueva la uña.