Científicos del CONICET y de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), comprobaron que la molécula ´beta beta xantofila´ protege a las plantas de la radiación ultravioleta (UV), y también la salud de las personas que consumen esos vegetales por sus compuestos antioxidantes.
La investigación, que por su importancia ya fue publicada en la revista Journal of Experimental Botany, fue desarrollada por el equipo de trabajo del Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos (CEFOBI, CONICET-UNR).
El grupo de trabajo estuvo dirigido por la investigadora principal del CONICET, Paula Casati, quien dijo a Télam que el trabajo «forma parte del posdoctorado de la estudiante, Julia Emiliani, del CEFOBI, y que hicimos en colaboración con un grupo de investigación de Barcelona, España».
La científica señaló que la luz solar «es necesaria para la fotosíntesis como proceso vital de las plantas», pero que cuando «la radiación UV es muy alta, es peligroso para ellas», porque entre otros efectos «reduce el crecimiento de la masa vegetal».
«En la investigación comprobamos que existen moléculas ´xantófilas beta beta´ que absorben parte de esa radiación, lo que hace a las plantas más tolerantes para crecer en condiciones naturales», explicó Casati, ganadora el año pasado del Premio Nacional L’Oréal-UNESCO «Por las mujeres en la ciencia».
Agregó que la mayoría de las plantas «tienen xantofilas, algunas poseen distintos tipos, y más que otras. El color amarillo del mango, por ejemplo, es principalmente por esta xantófila, la violaxantina, concretamente».
Tras expresar que «conocer estos mecanismos de defensa puede ayudar a desarrollar cultivos resistentes a la radiación UV, Casati dijo que los estudios de investigación se hicieron con la planta ´Arabidopsis thaliana´, pariente de rábanos, repollos y coliflores.
Según la científica, esa hierba posee xantófila, «que es de color anaranjado como muchos de los vegetales que consumimos. En las plantas verdes no se ve ese color anaranjado porque tienen otros compuestos que lo ocultan, pero sí tienen», aclaró.
Luego reveló: «esos compuestos son antioxidantes, y además de proteger a las plantas para que crezcan mejor, también protegen al ser humano de muchas enfermedades».
«Cuando la gente consume vegetales con ese tipo de compuestos antioxidantes, nos protegen contra enfermedades como el cáncer, puesto que actúan contra células que generan daño», finalizó la investigadora rosarina.
El equipo de investigación liderado por Casati, estuvo integrado por María Lorena Falcone Ferreyra (CONICET-CEFOBI), Evangelina Maulión (CEFOBI); Eduardo Rodríguez (CONICET-IBR-UNR); y Lucio D’Andrea y Manuel Rodríguez, del Centro Investigación Agrigenómica (Crag) de Barcelona.