Los vecinos del Bosque Peralta Ramos de Mar del Plata realizaron hoy un encuentro cultural que incluyó la participación de murgas y artistas de la ciudad y un «ruidazo» para rechazar la prisión domiciliaria concedida hace un mes al represor Miguel Etchecolatz.
La iniciativa fue organizada por los habitantes del barrio, nucleados en el colectivo «Vecinos sin genocidas», que repudiaron la presencia del ex jefe de policía bonaerense condenado por delitos de lesa humanidad, y reiteraron su reclamo para que sea enviado a una cárcel común.
Desde las 16.30, se concentraron en los ingresos al bosque ubicado en la zona sur de la ciudad balnearia, y marcharon por las calles internas en una caravana integrada por decenas de vehículos que hacían sonar sus bocinas y alarmas, encabezados por murgas como «Los Murguientos» y «Los esclavos de la noche».
La caravana avanzó hasta la plaza donde más de 300 personas se sumaron al festival con bandas y artistas locales, a pocas cuadras de la casa en la que Etchecolatz cumple su prisión domiciliaria.
La vivienda habitada por el represor contó durante toda la jornada con una custodia reforzada con cerca de 20 efectivos de Gendarmería, Prefectura Naval y policía bonaerense.
«Somos un grupo de vecinos que nos autoconvocamos, muchos sin conocernos, para expresar el total rechazo de la prisión domiciliaria otorgada a éste y a otros genocidas. No lo queremos en nuestro, ni en otro barrio», dijo Eugenia Díaz, integrante de «Vecinos sin genocidas».
«No lo queremos suelto, el único lugar que le cabe a un ser como este es la cárcel, no nos vamos a cansar de decirlo», agregó.
Desde el escenario montado en la plazoleta, con la leyenda «La única casa para un genocida es la cárcel», Díaz exigió que «se revea y se retrotraiga» la decisión judicial que benefició a Etchecolatz, a la que consideró «una libertad encubierta».
Entre los artistas que se sumaron a esta iniciativa cultural estuvieron la cantante Patricia Malanca, el trío La Paloma, el grupo Viva el Progreso, la compañía de circo Mano a Mano, la murga Lavate y Vamo y el cierre estuvo a cargo del ensamble El Recible.
Los vecinos leyeron además una carta escrita por Mariana Dopazo, hija de Etchecolatz, para expresar su apoyo a los habitantes del bosque y pedir que su padre regrese a una cárcel común.
«Justo y reparador sería que Miguel Osvaldo Etchecolatz estuviera para siempre en una cárcel común, hasta el final de sus días. Como sociedad, debemos luchar para que vuelvan atrás con esta decisión inadmisible y, aun en el sufrimiento, celebro que sigamos saliendo a la calle», señaló el texto de Dopazo.
«Si es en Mar del Plata, que sea en Batán», fue otra de las consignas del encuentro, en el que estuvieron presentes además referentes de organismos de derechos humanos, como Leda Barreiro, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo en Mar del Plata.
Los vecinos recordaron además que días atrás presentaron un proyecto de ordenanza en el Concejo Deliberante local para que el nombre de la plazoleta en la que se desarrolló el festival, ubicada en la manzana 137 del barrio, sea reemplazado por «Plaza de Los Lápices».
El cambio de nombre hace referencia a «La Noche de los Lápices», el operativo comandado por Etchecolatz en septiembre de 1976, en el que fueron secuestrados y asesinados estudiantes secundarios.
El represor de 88 años, sobre quien pesan seis condenas por delitos de lesa humanidad, reside en su domicilio del Bosque, en Boulevard Del Bosque entre Guaraníes y Tobas, desde que fue beneficiado con la prisión domiciliaria por el Tribunal Oral en lo Criminal 6 de la Ciudad de Buenos Aires.