Salir a correr es una de las modalidades deportivas que más adeptos ha ganado en los últimos tiempos, pero para convertirte en un runner de primera y que la práctica física realmente resulte beneficiosa conviene tener en cuenta algunas premisas. Unos sencillos consejos con los que estarás preparado para salir a correr cada mañana.
Si eras de las que antes realizaba ejercicios de gimnasia en casa y te has cansado, ¿por qué no pruebas con el running? Los beneficios de salir a correr son evidentes para nuestra salud. Los resultados que podrás alcanzar son muy similares a otros ejercicios como el fitness con el que puedes conseguir unas piernas ligeras y tonificadas. Pero, antes de enfundarte la ropa de deporte es importante tener en consideración algunos aspectos que te ayudarán.
Si es la primera vez que vas a salir a correr debes hacerlo de manera gradual, recuerda que es importante que tu cuerpo se habitúe a esta nueva actividad especialmente si eras una persona sedentaria y, sobre todo, principiante.
Es conveniente acudir al médico para un reconocimiento general que determine si estás en condición física para esta nueva actividad. Es importante comprobar que no tienes ninguna afección que te impida salir a correr.
Siempre es importante seguir una dieta sana y equilibrada, sin embargo, este es un aspecto que tienes que cuidar especialmente al iniciar esta actividad. Ante el desgaste físico el cuerpo tiene que reponer las dosis adecuadas de vitaminas, minerales, hidratos de carbono y proteínas.
Una elección equivocada de las zapatillas de deporte puede ser la causa de muchas lesiones. Acude a una tienda donde te orientarán sobre las zapatillas para correr más adecuadas. Ellos determinarán si tienes un pie pronador, supinador o una pisada neutral.
De igual manera, conviene que elijas prendas ligeras y, sobre todo, transpirables.
Empezar a correr desde cero
Premisas a tener en cuenta para no cometer algunos de los errores más comunes al empezar a correr desde cero:
Calentamiento y estiramiento. Antes de comenzar has de realizar unos ejercicios para que tus músculos tomen ritmo y evitar, por lo tanto, posibles lesiones.
Al finalizar, realizar ejercicios de estiramientos para que los músculos vuelvan al estado anterior y evitar, por consiguiente, las temidas agujetas y los dolorosos calambres.
Ritmo de la carrera. Especialmente al principio tienes que llevar un ritmo de trote. Con el tiempo, cuando hayas ganado hábito en tu carrera, podrás aumentar paulatinamente el ritmo.
Respiración. Mantén un ritmo regular. El mejor ritmo inspirar durante tres pasos y expirar durante los dos siguientes. También es importante la expiración, ya que te permite sacar más CO2 y ayuda a la inspiración.
Hidratación. Antes, durante y después de la carrera es importante mantener tu cuerpo hidratado, especialmente, con bebidas isotónicas.
Apoya las puntas. Si corres apoyando el talón, gran parte del golpe lo absorbe una zona del cuerpo no apta para ello. Apoyando la puntera las almohadillas de los dedos y de la planta soportan el impacto y tendrás, en consecuencia, menos lesiones.