¿Por qué nuestras defensas se debilitan? Son muchas las causas que explican el diagnóstico de un sistema inmunitario debilitado, cuyos síntomas vamos a ver a continuación para detectar lo más rápido posible que nuestras defensas están bajas. ¿Cómo fortalecer el sistema inmunitario? Tomamos buena nota.

Las defensas bajas preocupan a todos. Cuando hablamos de defensas, nos referimos a ese instrumento de protección de nuestro cuerpo contra los patógenos externos. No siempre, por desconocimiento, prestamos la debida atención a las señales que nos envía nuestro cuerpo o, simplemente, la debilidad de nuestro sistema inmunitario no se deja ver a simple vista. Esto representa un problema, ya que nuestro organismo se vuelve más vulnerable a las infecciones, al ataque de los virus y bacterias, especialmente a través del sistema respiratorio. En estos casos, fortalecer el sistema inmunitario es la mejor barrera de protección para no exponer nuestro organismo a riesgos innecesarios y salvaguardar nuestro bienestar.

Las causas de los sistemas inmunitarios debilitados pueden ser diversas. En ocasiones se puede llegar a tener las defensas bajas debido a factores estrictamente ambientales, como el cambio de estación, el frío, la humedad o la excesiva exposición a los rayos del sol. Pero también hay otros factores que afectan, como por ejemplo, su vinculación con otras patologías, como los problemas de tensión e, incluso, el uso incontrolado de antibióticos. El abuso del alcohol y una dieta poco equilibrada –demasiada rica en grasas saturadas, alimentos refinados y pobre en frutas y verduras- pueden ser la base de un debilitamiento del sistema inmunológico. En tales casos, el principal objetivo debe ser proporcionar a nuestro organismo lo necesario para fortalecer el sistema inmunitario.

Los síntomas de las defensas bajas son varios: fatiga física y mental, sofocos, falta de claridad, así como otras manifestaciones sintomáticas como la pérdida de cabello e, incluso, la aparición de síntomas gripales. Estos síntomas, además de constatar que algo no va bien en nuestro organismo, también pueden afectar a nuestra calidad de vida y mermar nuestras energías para afrontar las actividades diarias.

¿Cómo activar nuestras defensas? El sistema inmunitario se puede proteger siguiendo unas sencillas reglas básicas.

Así, en primer lugar, se debe revisar la alimentación, introduciendo en la dieta bacterias ácido-lácticas y probióticos, así como vitamina C y Omega 3. Muchas células que componen el sistema inmunitario se encuentran en el tracto digestivo. Así, por ejemplo, la flora bacteriana también contribuye a regular el sistema inmunitario. Las bacterias del ácido láctico –presentes en el suero de la leche, el yogur o el queso- también pueden ser de gran ayuda. Lo mismo puede decirse de los ácidos grasos Omega 3 –presentes en pescados como el salmón, el aceite de pescado, las nueces, la soja, los huevos, la linaza, las espinacas y la coliflor-, con interesantes y saludables propiedades, perfectos para las defensas bajas.

La vitamina C, entre otras propiedades, actúa para que nuestras defensas bajas se activen y ejerzan su función con eficiencia. Es por eso que en una dieta equilibrada no deben faltar nunca las frutas y verduras de temporada, especialmente los cítricos. Lo ideal también es consumir verduras crudas, ricas en vitamina D, esencial para el sistema inmunológico.

Otra premisa para cuidar nuestras defensas y evitar las defensas bajas está en la práctica de actividad física. El deporte, practicado de manera moderada y regular, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Fundamental es también cuidar nuestro descanso y evitar el estrés, ya que ante una situación de tensión nuestro cuerpo produce cortisona, una hormona que suprime al sistema inmunológico. Para mantener alejado el estrés, las técnicas de relajación son muy útiles, como por ejemplo el yoga.

¿Cómo fortalecer el sistema inmunológico con hierbas medicinales? En este caso la elección puede ser amplia: betacaroteno, sacarina, astrágalo y equinácea para el sistema inmunológico.