Una fórmula desarrollada en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) convirtió unas galletitas dulces en un alimento más saludable y modificaron sus condiciones para obtener un producto final de mejor calidad nutricional con “un alto contenido de antioxidantes” que los que hay en el mercado.
“Fue posible optimizar la formulación de rellenos de galletitas obteniendo un producto con características de textura similares a la de los rellenos comerciales pero reemplazando parcialmente la manteca de cacao y el azúcar refinado por miel con un alto contenido de antioxidantes” manifestó la investigadora de la UNLP, Mariela Patrignani.
La especialista y becaria del Conicet, afirmó que las galletitas rellenas, uno de los alimentos más consumidos en el país son productos “altamente calóricos y suelen presentar importantes niveles de azúcar, grasas saturadas y grasas trans poco recomendables para la salud de los consumidores”.
“Para desarrollar una galletita rellena más saludable, se apuntó a usar aceites vegetales en las tapas de galletitas y al desarrollo de antioxidantes durante su proceso de cocción; miel en reemplazo parcial de azúcar refinado en los rellenos y, finalmente, la incorporación a la formulación de saborizantes naturales como la canela” reveló Patrignani.
Las galletitas rellenas obtenidas presentaron “una excelente aceptabilidad sensorial y una alta intención de compra y de consumo” además de que en su elaboración se logró un “menor contenido de lípidos y grasas saturadas que productos similares encontrados actualmente en el mercado”, se informó.
Patrignani, explicó que “el aceite de girasol alto oleico mejora el perfil de ácidos grasos en las tapas de galletitas generando un producto más saludable y estable a la oxidación durante el tiempo de conservación”.
Así, reveló que un tratamiento térmico – sobre las tapas de galletitas- incrementó fuertemente el contenido de antioxidantes del producto” y explicó que “el consumo de galletitas horneadas a altas temperaturas incrementa la relación de bacterias lácticas sobre bacterias totales (esto tendría un efecto similar a la fibra dietaria) y un efecto antihipertensivo (disminuiría la presión arterial)”.
En tanto, la investigadora de la UNLP, informó que “éstos son ensayos preliminares, por lo que hay que seguir trabajando fundamentalmente para ver los posibles efectos a largo plazo, tanto beneficiosos como perjudiciales”.