Dos de los cuatro ex custodios del fallecido Alberto Nisman apelaron los procesamientos dictados en su contra por el juez Julián Ercolini en la causa por la muerte del fiscal, con lo cual en febrero esa decisión será revisada por la Cámara Federal porteña.
Los ex custodios Rubén Benítez y Néstor Durán fueron los primeros en apelar el fallo firmado a fines de diciembre pasado mientras que los demás procesados, Diego Lagomarsino y los otros dos custodios Armando Niz y Luis Miño, tienen tiempo hasta el 1 de febrero próximo, informaron hoy a Télam fuentes judiciales.
Benítez está procesado por supuesto «incumplimiento de deberes de funcionario público» y «encubrimiento agravado», con un embargo de 500 mil pesos, y fue junto a Durán quien custodió a Nisman durante el 17 de enero de 2015, el día anterior al hallazgo de su cadáver con un tiro en la cabeza en el baño de su departamento de Puerto Madero.
En cuanto a Durán el juez federal Julián Ercolini lo procesó por «incumplimiento de deberes de funcionario público» con un embargo de 50 mil pesos.
Con estas dos apelaciones ya presentadas, lo resuelto por Ercolni en la causa -incluida la conclusión de que Nisman fue asesinado- será revisado por la sala II de la Cámara Federal, integrada por los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah.
Benítez era el custodio más antiguo del fiscal y al igual que Durán habían declarado como testigos en la investigación, pero luego Ercolini los citó a declaración indagatoria como imputados.
El juez los procesó por entender que «posibilitaron la concreción del hecho ocurrido entre las 20 horas del sábado 17 de enero de 2015 y las 10 horas del domingo 18 de enero de 2015, cuando una o más personas -aún no identificadas- ingresaron al departamento donde residía» Nisman, «lo redujeron y trasladaron al baño», lugar en el que le dispararon en la cabeza para matarlo, con el arma de Lagomarsino, según la acusación judicial.
«Ese día 17 de enero de 2015 los custodios se retiraron en varias oportunidades del edificio donde se encontraba custodiado Nisman, dejándolo solo y desprotegido y violando así la normativa que les imponía mantenerse en el perímetro del lugar», se sostuvo en la acusación sobre Benítez y Durán.
En el caso de Benítez, fue quien declaró que Nisman le había pedido un arma en los días previos a su muerte.
«Tal novedad acerca del pedido del arma a uno de sus custodios y del temor por el cual el Fiscal dijo que se la solicitaba, son cuestiones que de haber existido, deberían haber sido comunicadas por Benítez a sus superiores; ello derivado de la obligación de informar a su cargo. Ésto, no sólo para que sus Jefes pudieran disponer respecto de un pedido de tales características, sino también para proveerle a Nisman lo necesario a los efectos de que se sintiera y estuviera realmente seguro», analizó Ercolini al procesarlo.