El 60 por ciento de las patologías que atienden los traumatólogos y kinesiólogos durante el verano están relacionadas con problemas en la pisada por usar calzados inadecuados, según un informe que presentó recientemente el Colegio de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires (Cokiba).
«Es mejor jugar a la pelota, correr, saltar o hacer actividades recreativas en la playa con zapatillas, ya que las ojotas o sandalias, si bien son cómodas y frescas, son abiertas y pueden ser dañinas para la columna, las rodillas o las caderas. Sólo son aconsejables para la excursión al agua», afirmó el kinesiólogo Carlos Monzani.
Y continuó: «Si se va a usar ese tipo de calzado, es preferible que tenga sostén en el talón para evitar el gesto de reptación de los dedos (leve elevación en el arco longitudinal) y sea amplio a nivel del antepie, tenga punta redondeada y pala con orificios, que sirven para proteger de roces y golpes».
Por su parte, Laureano Oscoz, de la regional VIII del Colegio de Kinesiólogos, explicó que «los pies son un órgano especializado que proporciona apoyo a nuestro cuerpo, aparte de servir para trasladarnos, detenernos, realizar acciones rítmicas de propulsión, absorción de choques y mantener el equilibrio».
«A menudo están dentro de un calzado con tacos muy altos, hormas demasiado estrechas o puntas afinadas que a la larga provocan lesiones como la ‘fascitis plantar’ o ‘tendinosis del Aquiles'», apuntó.
Así, en temporada de verano, los consultorios kinesiológicos y traumatológicos reciben un creciente número de casos de pacientes afectados por el mal uso del calzado.
«De cada 10 consultas que realizamos en esa época, seis corresponden a patologías derivadas de esa problemática, por lo que la prevención y la información son la clave para evitarlas”, enfatizaron desde Cokiba.