El departamento de Cusco, donde se asienta la capital histórica del Perú a 3.400 metros sobre el nivel del mar, ofrece a los miles de turistas de todo el mundo que arriban al lugar en su paso obligado al santuario de Machu Picchu, cuatro circuitos de trekking entre paisajes andinos que se convierten en una aventura natural y cultural, ideales para combinar con una estadía en la famosa urbe prehispánica.
El primero de esos circuitos que desde PromPerú, la agencia de promoción turística del vecino país califican de «imperdibles para el visitante argentino», es la «Vuelta al Ausangate», una exigente y compleja caminata alrededor del homónimo nevado perpetuo de los Andes peruanos.
El recorrido a la montaña más alta del Perú, situada a unos 100 kilómetros al sudoeste de la ciudad de Cusco, puede insumir varios días, pero pese al cansancio y el estado físico que demanda, la ruta destaca por el singular encanto de sus paisajes en medio de lagunas, pozos de aguas termales, valles de pastura de llamas y vicuñas silvestres, cañones y nevados.
«El Ausangate es considerado como una montaña sagrada pues le atribuyen el origen del agua, y sus pobladores ofrecen ceremonias rituales como el pago a la tierra, de los cuales pueden ser testigos los visitantes», destacaron desde PromPerú.
De acuerdo al camino que se elija para acceder al lugar, es posible también visitar la montaña de los «siete colores», en la cordillera Vilcanota, que debe su nombre a la peculiar pigmentación relacionada con la presencia de minerales y piedras sedimentarias.
Para realizar el itinerario al Ausangate, desde PromPerú aconsejan «hacer una aclimatación previa de 4 o 5 días, en Cusco y alrededores, llevar ropa impermeable, de abrigo, protector solar, alimentos y agua».
La segunda de las rutas recomendadas es a Lares, al norte de la ciudad de Cusco, que es uno de los caminos menos conocidos por el turismo, con dificultad media, y que es conocido también como el «Circuito de las Tejedoras».
Al lugar se puede acceder desde el Valle Sagrado de Urubamba, en una caminata que desde sus comienzos ofrece los característicos paisajes andinos de los nevados Verónica, Sahuasiray, Pitusiray y el Chicón, que se alternan con vestigios arqueológicos y pueblos quechua hablantes.
La ruta también propone un acercamiento a costumbres tradicionales como el pastoreo de llamas y alpacas, el cultivo de tubérculos, y por supuesto, la producción textil.
En este caso, desde las oficinas de promoción turística indicaron a Télam que los viajeros «deben hacer una aclimatación previa de 3 o 4 días en Cusco y alrededores, llevar bolsa de dormir, agua, pastillas purificantes, protector solar, repelente, linterna, sombrero y lentes de sol».
Para los más aventureros, la Vuelta al Salkantay -en lengua quechua significa «Montaña Salvaje»- es un nevado cuyas complejas vertientes atraen cada año a cientos de andinistas de todo el mundo.
La caminata mas conocida por este sendero, considerado de alta dificultad y que se realiza en 4 días, es la que se inicia desde los distritos de Limatambo, Mollepata, o Soraypampa.
El paisaje, dominado por los imponentes picos de Humantay y Salkantay, permite la posibilidad de conocer la fauna autóctona, desde vizcachas y alpacas, hasta cóndores, y es una ruta alterna para llegar al Santuario Histórico de Machu Picchu, siguiendo parte del Camino Inca.
Como en los anteriores casos, desde PromPerú se recomendó «realizar una aclimatación previa y llevar agua, linterna, sombrero, bolsa de dormir, pastillas purificadores de agua y repelente de insectos».
Por último, pero no por eso menos importante, está el circuito que lleva a Choquequirao -la última ciudadela inca-, un imponente complejo arqueológico conocido como «la hermana sagrada de Machu Picchu» debido a sus semejanzas arquitectónicas.
Choquequirao se ha convertido en los últimos años en una alternativa más accesible para los turistas, ya que además de ser Patrimonio Cultural de la Nación, fue elegido como mejor destino en la lista Best in Travel 2017, publicada por la guía Lonely Planet.
«Son caminatas duras que implican bajadas y desniveles con poco oxígeno. La manera de llegar es caminando mucho y acampando», precisan desde el organismo de promoción turística.
El tour preferido de los turistas es el que parte del pueblo de San Pedro de Cachora (a cuatro horas y media de Cusco en transporte terrestre), y desde el poblado, por unos 30 kilómetros que se recorren en un día y medio, llegar hasta a Choquequirao.
«La caminata requiere buen estado físico ya que la ciudad escondida alcanza los 3.035 metros sobre el nivel del mar y tiene un clima similar al de Cusco, por lo que es recomendable acondicionarse a las alturas antes de iniciar el recorrido, llevar bolsa de dormir, agua, pastillas purificantes protector solar, repelente, linterna, sombrero y lentes de sol», remarcaron.