El escritor japonés Haruki Murakami ganó el premio Princesa de Asturias de las Letras, para el que venía sonando como favorito desde hace años -al igual que para el Nobel de Literatura- según el fallo del jurado convocado hoy en la ciudad española de Oviedo, que fundamentó el reconocimiento en «la singularidad de su literatura, su alcance universal y su capacidad para conciliar la tradición japonesa y el legado de la cultura occidental».
El narrador se convirtió en un referente de la literatura contemporánea tras el éxito internacional logrado en 1987 con «Tokio blues» y ya cuenta con los prestigiosos Franz Kafka (2006), el Jerusalén (2009) y el Hans Christian Andersen de Literatura (2016), entre otros.

Haruki Murakami (Kioto, 12 de enero de 1949) es un escritor y traductor japonés, autor de novelas, relatos y ensayos. Sus libros han generado críticas positivas y obtenido numerosos premios, incluidos el Franz Kafka (2006), el Mundial de Fantasía (2006), el Jerusalén (2009) y el Hans Christian Andersen de Literatura (2016).

Traducida a cincuenta idiomas y a veces criticada por el establishment literario japonés como no japonesa, su obra está influida por el surrealismo y se centra en temas como la soledad y la alienación. Es considerado una figura importante en la literatura posmoderna. The Guardian ha situado a Murakami «entre los mayores novelistas de la actualidad». Ha sido considerado candidato al Premio Nobel de Literatura en repetidas ocasiones, sin que hasta el momento haya obtenido el galardón.

Su trayectoria como escritor
En 1988, con el enorme éxito de su novela Norwegian Wood (Tokio blues), abandonó Japón para vivir en Europa y Estados Unidos, pero regresó a Japón en 1995, tras el terremoto de Kobe y el ataque terrorista de gas sarín que la secta japonesa Verdad Suprema perpetró en el metro de Tokio. Más tarde Murakami escribiría sobre ambos sucesos.

Una ficción que conmueve a lectores tanto orientales como occidentales
La ficción de Murakami, que a menudo es tachada en Japón de literatura pop, es humorística y surreal, y al mismo tiempo refleja la soledad y el ansia de amor en un modo que conmueve a lectores tanto orientales como occidentales. Dibuja un mundo de oscilaciones permanentes, entre lo real y lo onírico, entre el gozo y la oscuridad. Cabe destacar la influencia de los autores que ha traducido, como Raymond Carver, F. Scott Fitzgerald o John Irving, a los que considera sus maestros. Su afición, la música, recorre toda su obra.

Murakami, aficionado al maratón
Murakami es aficionado al deporte: participa en maratones y triatlón, aunque no empezó a correr hasta los 33 años. El 23 de junio de 1996 completó su primer ultramaratón, una carrera de 100 kilómetros alrededor del lago Saroma en Hokkaido (Japón). Aborda su relación con el deporte en De qué hablo cuando hablo de correr (2008).

Obra misteriosa e incierta
A finales del 2005 Murakami publicó la colección de cuentos Tōkyō Kitanshū, traducido libremente como Misterios tokiotas. Más tarde editó una antología de relatos llamada Historias de cumpleaños, que incluye textos de escritores angloparlantes, además de uno suyo preparado especialmente para este libro.

El 13 de abril de 2023, tras seis años desde su última novela, publica en Japón La ciudad y sus muros inciertos, una extensión de uno de sus primeros relatos con el mismo nombre.

El jurado del premio Princesa de Asturias
Los veinte miembros del jurado comenzaron el martes las deliberaciones en la ciudad española de Oviedo (norte) para decidir qué literato sería el premiado en una reunión presidida por el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado.

Machado desveló que había tres o cuatro candidatos orientales extraordinarios, «entre los mejores del mundo actualmente».

Partidaria de premiar la literatura oriental se mostró también, la sinóloga Anne-Hélène Suárez, profesora de lengua y civilización chinas y traductora. Por su parte, Juan Villoro Ruiz, escritor y periodista mexicano, destacó la candidatura del escritor nipón que, a su juicio, «ha sido castigado un poco por ser demasiado popular».

Los Premios Princesa de Asturias están dotados con la reproducción de una escultura diseñada por Joan Miró, 50.000 euros en metálico, un diploma y una insignia.