Criminalistas, médicos forenses, jueces y fiscales de México, Centroamérica y Argentina realizan en Buenos Aires el primer Seminario de Investigación Forense en Femicidios de Latinoamérica, organizado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para «incorporación la perspectiva de género en la actuación de las instituciones».
«Tratamos de introducir en un equipo criminalístico que llega a una escena de muerte violenta de mujeres, frente a un hallazgo de restos óseos o de un cadáver, una perspectiva de género, lo que implica realizar una evaluación científica del escenario pero construyendo elementos que pueden no estar representados materialmente», dijo a Télam la antropóloga y profesora Mariela Fumagalli.
Se trata de buscar signos y rastros de otros tipos de violencia que pueden estar presentes en ese asesinato, aunque lo estén de manera implícita.
«Por ejemplo, si estamos relevando la escena de un crimen en un domicilio, más allá del indicio principal -que es el cadáver- y los periféricos -como manchas de sangre o de la posible arma homicida-, ver contextualmente qué pasa en esa escena, qué otros signos de violencia podemos rastrear: simbólica, económica, social, porque la violencia de género implica una visión del proceso en cómo llega a cometerse» el crimen, planteó.
Fumagalli enfatiza que un femicidio no es un evento en el que el agresor se levantó y asesinó a la mujer, a la hija y a la prima, sino «un proceso en el cual hay un registro in crescendo de violencia que culmina en una situación homicida».
Además del crimen doméstico, los otros dos escenarios planteados en la inmensa nave del pabellón Hijos por la Identidad eran un aparente suicidio en vía pública y la aparición de restos óseos en una valija. Alrededor de ellos, relevaban indicios tres grupos de jueces, criminalistas, médicos forenses y fiscales mexicanos, centroamericanos y argentinos, ataviados con cofia, guantes y traje blanco para no contaminar la escena.
Fumagalli apuntó que, «más allá de la recolección ordenada, sistemática de la evidencia, hay que darle mucho peso a la investigación de los antecedentes del caso y a todo el proceso judicial que se va a derivar del hallazgo y previo a él».
«Es un tipo de crimen que obliga a ubicarse de manera previa al homicidio femicida: frente a una mujer que fue a hacer una denuncia y no fue atendida; a un hombre que tenía una medida de restricción para acercarse a su mujer y no hubo seguimiento; con prejuicios que determinado marco cultural imprime en la cabeza de la gente ante actividades estigmatizantes como la prostitución», enumeró.
Para Fumagalli -encargada en el EAAF de la arqueología y recuperación de restos óseos- «actúan múltiples variables de la violencia que se expresan en un cuerpo pero que tienen un marco más amplio. La idea es que diversos funcionario judiciales y personal de diferentes disciplinas tengan un enfoque para buscar» esa información.
Con modalidad teórica y talleres prácticos, el seminario organizado por el Eaaf con el apoyo de la Cancillería y el auspicio de la embajada del Reino de los Países Bajos aborda también el tratamiento de fuentes en la investigación: entrevistas a familiares, datos antemortem, denuncias previas, historias clínicas y otros.
La organización científico humanitaria fundada en 1984, encargada de la identificación de restos óseos de secuestrados y desaparecidos durante la dictadura (1976-1983), sumó hace un década la investigación de muerte violenta de mujeres por razones de género y de migrantes del corredor Centro América y México a Estados Unidos.
Uno de los concurrentes al Seminario es el juez nicaragüense Harold Javier Leal Elías, especializado en violencia, en la ciudad de Managua.
«En Nicaragua tenemos leyes que sancionan la violencia hacia las mujeres e incluye tipos penales del femicidio, que es la máxima expresión de odio», dijo el juez a Télam.
Leal Elías considera que «si no se tiene una perspectiva de género, no se va a lograr un acceso efectivo a la justicia por parte de las mujeres víctimas de este tipo de violencia», cuyo impacto afecta desde el momento en que se tiene noticia del crimen, si no se le da «esa visión en cuanto al ciclo de violencia que había sufrido anteriormente».
«Hay que tomar en cuenta también la afectación a otros miembros de la familia, hijos o hijas que quedan en desamparo y que muchas veces son testigos del crimen», enfatizó.
El EAAF sostiene que «la investigación científica de este tipo de hechos es una herramienta fundamental para su prevención y erradicación, así como para establecer las responsabilidades penales correspondientes con los victimarios».
Además de Fumagalli, son docentes del seminario el presidente del Eaaf, Luis Fondebrider; la perito Sofía Egaña; Gabriela Ghidini; Mariana Segura y Luis Bosio.
Hasta el viernes 13 habrá clases teóricas y talleres en el Palacio San Martín del ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, en tanto que el práctico de escena fue en el predio donde tiene su sede el EAAF, en el Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos.