Con una marcha central de organizaciones sociales y de derechos humanos, el próximo lunes se recordará en la ciudad de La Plata que hace 11 años desapareció el albañil Jorge Julio López, poco después de testificar contra el represor Miguel Etchecolatz.
«Dónde está Jorge Julio López? Aparición con vida de Santiago Maldonado», serán los dos lemas que tendrá la movilización que el próximo lunes se concentrará a las 16, en la Plaza Moreno, de La Plata, frente a la municipalidad local, donde hace 11 años se realizó el juicio al represor Miguel Ertchecolatz, en cuya marco desapareció López.
Rubén López, uno de los hijos del albañil desaparecido, explicó a Télam que «de allí iremos caminando por diagonal 74 hasta 47 y 49, y por calle 50 marcharemos hasta 8, sede de los tribunales federales, donde leeré un documento en el que volveré a pedir por la aparición de mi viejo».
«A ese reclamo le sumamos el reclamo por la aparición de Santiago Maldonado», remarcó el hijo de López, quien días atrás lanzó una campaña en la plataforma global Change.org para peticionar que continué la búsqueda de su padre, de quien se desconoce su paradero a pesar que sólo entre el 2006 y el 2015 se cotejaron más de 5 millones de registros telefónicos y se comparó el ADN de 98 cuerpos NN.
López desapareció de su domicilio en el barrio platense de Los Hornos el 18 de septiembre de 2006, cuando se esperaba que se dirigiera a la sede municipal para presenciar los alegatos del juicio que el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata seguía al represor Miguel Etchecolatz por delitos de lesa humanidad.
El hombre había sido secuestrado en 1977 y estuvo detenido hasta mediados de 1979 en 5 centros clandestinos de detención, y al brindar testimonio detallado en el juicio, había sido muy claro al identificar a Etchecolatz como el hombre que dirigía y ejecutaba las sesiones de tortura con picana en esa sede policial platense.
López, albañil y militante peronista, había realizado durante el juicio varios reconocimiento oculares en los centros donde estuvo detenido, como la comisaría quinta de La Plata y el Pozo de Arana, donde su profesión de albañil le permitió identificar fehacientemente sus lugares de cautiverio, aún cuando algunos de ellos habían sufrido remodelaciones.
Aquella mañana del 18 de septiembre de 2006, sobrevivientes de la última dictadura esperaron por horas que el hombre se presentara a presenciar los alegatos, pero López nunca llegó y hasta hoy se ignora dónde está.