La interna que vive el PJ bonaerense se vio reflejada hoy durante la marcha de la CGT, a la que acompañaron orgánicamente y con discursos similares pero desde distintos puntos de encuentro.
El grupo Fénix eligió un hotel, los Esmeraldas una esquina y el ex ministro de interior y transporte Florencio Randazzo, la libertad de caminar por la Avenida Belgrano sin dirigentes de uno y otro sector a su lado.
Así, mientras los Fénix se reunieron en el primer piso del hotel Howard Johnson, ubicado sobre Bernardo de Irigoyen al 400, los integrantes del grupo «Esmeralda» eligieron hacerlo en el cruce de Independencia y 9 de Julio, para desde allí movilizarse junto a sus columnas a las avenidas Belgrano y 9 de Julio. En tanto, Randazzo (que esta semana dio señales de que será candidato en octubre) eligió «caminar suelto y hablar con los trabajadores por Avenida Belgrano, pero sin llegar a la 9 de Julio», dijo su vocero.
Es que ese fue justamente el punto de encuentro de las columnas de las distintas fracciones peronistas, a las que además se sumaron las de los movimientos sociales, como el Evita.
Lo que no pudo el hombre de Chivilcoy fue evitar quedar inmortalizado por las lentes fotográficas de los reporteros que cubrían la movilización.
«Acompañamos la marcha porque estamos preocupados por lo que le está pasando a la gente. Los intendentes vemos con preocupación lo que le pasa a los vecinos de nuestros distritos ante la baja del consumo y el cierre de las PyMEs, que dejan mucha gente sin trabajo», explicó el intendente de Hurlingham, Juan Zabaletta, uno de los referentes del grupo «Esmeralda».
En medio de la 9 de Julio, sobre la caja de una camioneta ploteada con pancartas de La Matanza, se vieron hombres disfrazados de esqueletos y dráculas con pancartas en las que rezaban consignas contra el presidente, Mauricio Macri, colgando de sus cuellos.
Alrededor, no escatimaron en tirar baterías de cohetes para llamar la atención de los curiosos. El senador provincial matancero, Daniel Barrera, siguió de cerca el espectáculo.
El presidente del PJ bonaerense, Fernano Espinoza, sostuvo desde el búnker del Fénix que «el gobierno macrista nos va a llevar a una crisis profunda, lo vemos todos los días en la Provincia. La clase trabajadora está desesperanzada porque no llegan a fin de mes. Macri y su gobierno de Ceos no ven la realidad del país».
Una vez que arrancaron los discursos, Verónica Magario (La Matanza), Ariel Sujarchuk (Escobar), Gustavo Menéndez (Merlo), Jorge Landau (apoderado del PJ nacional) y el ex gobernador Daniel Scioli, junto al resto de los dirigentes que estaban con ellos en el hotel cruzaron por entre las columnas de camioneros para acoplarse a la gente que, en medio de la 9 de Julio, desplegaba la bandera del PJ.
Al referirse a la cantidad de gente que se congregó, el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, fue categórico y lo adjudicó a «la falta de conciencia» por parte del Gobierno nacional de lo que está sucediendo en la calle.
«Un Presidente que en el discurso de la Asamblea Legislativa te habla de la producción de arándanos, cuando las ventas de los comercios en las últimas fiestas cayeron, las PyMEs no están resistiendo los ajustes, subieron los peajes el 400% y las tarifas de luz y gas se dispararon, no entiende que la gente no puede más. Y esta cantidad de gente en la calle lo demuestra», resaltó el funcionario de San Martín.
«Esto se debe a un cambio de política económica que abrió indiscriminadamente la importación, y frena la economía interna. Esto nos preocupa y por eso estamos acompañando este inicio de plan de lucha que tiene a nuestros vecinos en la calle», remarcó Zabaleta.
«Todos los sectores tenemos que trabajar para encontrar una respuesta a este contexto de problemas. Y tener mucho cuidado con el endeudamiento, cuidar la actividad económica y las industrias», dijo Scioli una vez ubicado debajo de la bandera que identificaba al PJ bonaerense.
«Los salarios no pueden seguir quedando por debajo de la inflación. Esperemos que el Gobierno escuche los planteos y ponga todo el esfuerzo en lo que es un eje central: reactivar la economía y poner prioridades en distintos temas que tienen que ver con el trabajo, la educación y el salario», agregó.
Minutos después, antes de que terminara el acto, el ex candidato presidencial cruzó el carril del Metrobús y atravesó, con cierta dificultad porque a cada paso le pedían una foto, las columnas de camioneros.
Con el corredor de TC Marquitos Di Palma de custodio, llegó a la vereda de Irigoyen al 500 y con la camisa blanca pegada al cuerpo por el sudor y los apretujones llegó a pedirle a su compañero de ruta que se adelantara.
Con agilidad y sin perder el humor a pesar de los tironeos que le pedía posar para una «selfie», Scioli llegó a la explanada de la estación de servicio de Venezuela e Bernardo de Irigoyen. La sorpresa fue que allí lo estaba esperando Di Palma subido a una moto: gracias a la pericia del piloto de TC, ambos pudieron salir rumo al Bajo por Venezuela, de contramano, sorteando a la gente que entre risas los veía pasar.