El presidente de Aerolíneas Argentinas, Luis Malvido, sostuvo hoy que detrás del paro dispuesto por los gremios aeronáuticos para el próximo lunes “hay una motivación política”, y definió a Aerolíneas como “una empresa prácticamente quebrada” que tiene que “mes a mes pedir dinero al Estado” para pagar los sueldos.
En declaraciones radiales, Malvido apuntó que “acá hay un grupo de personas, de dirigentes gremiales, que terminan afectando a millones de pasajeros. Solo durante el paro del 8 de noviembre fueron 30.000. Pero es gente que además tiene de rehenes a los empleados, a quienes no les permiten trabajar y hacer lo que les gusta hacer, que es atender a nuestros usuarios».
Malvido habló poco después de que los gremios aeronáuticos anunciaran que el lunes próximo harán un paro de 24 horas en reclamo de mejoras salariales y que adherirán a las asambleas convocadas para el martes 27 por el resto de los sindicatos del transporte.
Este será el cuarto paro que los gremios del sector hagan en lo que va del mes de noviembre.
El titular de Aerolíneas se refirió a las motivaciones del paro anunciado afirmando que «es evidente que el paro tiene detrás una motivación política, es un paro de 24 horas que está atado con la movilización de otros gremios del transporte. Esto no es casual, se ha transformado en una cuestión política en la cual líderes sindicales muy importantes, como Hugo Moyano o Roberto Baradel, salen con carteles de ‘defendamos a Aerolíneas’, cuando en definitiva lo que hacen es arruinar el prestigio de la empresa, que tanto cuesta construir».
Sobre la situación de la empresa de bandera nacional, argumentó que “este año ya recibió US$ 180 millones en subsidios por parte del Estado. Es una empresa que está virtualmente quebrada, y para pagar salarios, mes a mes tenemos que pedir dinero al Estado porque hoy la situación de la compañía no permite que podamos pagar sueldos con nuestros propios recursos».
Los gremios anunciaron el paro del lunes por reclamos salariales y luego que la compañía suspendiera ayer a 376 empleados que, el 8 de noviembre último, realizaron asambleas que se extendieron por casi 11 horas, lo que provocó la cancelación de 258 vuelos y afectó a unos 30.000 pasajeros.