Si eres una persona que se distrae fácilmente no podrás negar que hay sonidos que te hacen olvidar todo lo que estás haciendo, pero todo parece indicar que hay uno en específico que es imposible pasar por alto.

De acuerdo con un estudio llevado a cabo por los psicólogos Rosemarie Sokol Chang y Nicholas Thompson, el oído humano es capaz de aguantar el sonido de un motor o el ruido de un martillo neumático antes que el llanto de un infante.

Para llegar a éstas conclusiones, los investigadores pidieron a 33 participantes realizar una serie de pruebas matemáticas mientras escuchaban diversos sonidos, como una conversación entre adultos o el estruendo de una máquina.

Los balbuceos, los gritos y, sobre todo, el llanto de los niños hacían cometer más errores a los participantes de la investigación.

Los investigadores piensan que debido a sus característicos tonos agudos, los seres humanos somos hipersensibles a éste tipo de sonido. Todo parece indicar que se trata de una ventaja evolutiva, ya que nuestro psique deja todo lo que estamos haciendo al escuchar las señales de alarma.

En concreto, el chillido de los infantes de entre dos y medio y cuatro años es el ruido más perturbador para los escuchas, ya sean hombres o mujeres, tengan hijos o no.

“Nuestra especie está diseñada para que no sea sólo la madre quien cuide a las crías; por eso todos respondemos a su llanto”, apunta la psicóloga Sokol Chang.

Los hallazgos fueron publicados en la revista The Journal of Social, Evolutionary and Cultural Psychology.