Las principales marcas de smartphones están embarcados en conseguir el mejor celular, con el chip más potente y eficiente, y con el menor tamaño posible.

La uña del dedo corazón de una persona de un tamaño medio tiene una superficie de alrededor de un centímetro cuadrado. En ese espacio, los fabricantes de chips y procesadores para smartphones están empeñados en alojar miles de millones de transistores. ¿Para qué? Más transistores en un espacio más pequeño significa más rendimiento por vatio, e incluso menos consumo. Y cuando los fabricantes de chips dicen que han utilizado un proceso de fabricación de X nanómetros, significa que han utilizado técnicas fotolitográficas para reducir los tamaños del silicio en los que se van a insertar los miles de millones de transistores.

Que un procesador de silicio de apenas un centímetro cuadrado albergue 6.900 millones de transistores, en un proceso de fabricación de 7 nanómetros, que dicen los expertos será difícil de reducir más, es una auténtica proeza. Y Huawei lo ha conseguido y anunciado en el recién concluido IFA de Berlín. Allí el fabricante chino ha enseñado Kirin 980, el motor del que será su próximo terminal flagship, el Mate 20 Pro, que se desvelará en Londres a mediados de octubre.

El nuevo procesador tendrá una capacidad 1,6 veces mayor que la generación anterior Kirin 970.

Richard Yu, CEO de la Unidad de Negocio de Consumo de Huawei, señaló en Berlín en la presentación de Kirin 980 que éste “marcará la evolución de los próximos avances en inteligencia artificial móvil, al combinar el mejor rendimiento, eficiencia, características de conectividad y potencia de procesamiento dual gracias a la Unidad de Procesamiento Neuronal (NPU) con inteligencia artificial (IA)”.

El nuevo procesador tendrá una capacidad 1,6 veces mayor que la generación anterior Kirin 970, presentado hace un año y construido con un proceso de 10 nanómetros.

La unión de Kirin 980 y la Dual NPU con inteligencia artificial será capaz de ofrecer una mayor capacidad de reconocimiento de imágenes, que llegará hasta las 4.600 imágenes por minuto, un 120% más que con Kirin 970. Además, Kirin 980 admite marcos de inteligencia artificial comunes como Caffee, Tensorflow y Tensorflow Lite, y proporciona un conjunto de herramientas que simplifican la dificultad de diseñar aplicaciones de IA en el dispositivo, permitiendo a los desarrolladores acceder fácilmente a la potencia de procesamiento de la unidad de procesamiento neuronal.

Para una mejor experiencia fotográfica en teléfonos inteligentes, Huawei ha integrado su ISP de cuarta generación en el nuevo procesador, lo que proporciona un aumento del 46% en el rendimiento de datos en comparación con su predecesor. El nuevo ISP también ofrece una mejor compatibilidad para configuraciones multicámara, así como una nueva tecnología de reproducción de color HDR, que permite manipular el contraste de las imágenes para resaltar objetos en partes diferentes de la misma. Kirin 980 utiliza, además, la solución de reducción de ruido Multi-pass, que elimina con precisión el ruido sin borrar los detalles de la imagen, ofreciendo una mejor calidad en escenarios con poca luz.

Otra nueva característica del ISP es el seguimiento de movimiento mejorado. Cuando un usuario intenta capturar una foto de una persona en movimiento, el ISP permite reconocer al sujeto con una precisión del 97,4%, facilitando que cualquier usuario pueda capturar momentos fugaces con facilidad. Kirin 980 incorpora también una funcionalidad dedicada al procesamiento de las capturas de vídeo, que permite que el módulo de la cámara grabe vídeos con un 33% menos de demora.

Todo esto lo veremos en octubre en el nuevo Mate 20 Pro, pero además comprobaremos si gracias a un software y hardware mejor, altamente integrados, las fotografías que haga podrán acercarse a la calidad y características de las imágenes capturadas por cámaras tradicionales mucho más grandes, pesadas y voluminosos. O si el efecto fotográfico «bokeh» mejora gracias a que el machine learning o aprendizaje automático (ML) del Mate 20 Pro permite algoritmos más refinados que se vuelven más precisos en el primer plano partiendo del fondo. O si la estabilización de imagen óptica, que integra hardware (el objetivo), sensores (el giroscopio) y procesadores para mitigar el impacto del dispositivo temblando cuando una foto se está tomando, se acerca a la perfección. We´ll see.