Hasta tres de cada diez casos de cáncer de cabeza y cuello en la Argentina se producen por el Virus del Papiloma Humano (VPH), afirmaron especialistas, que precisaron que otras causas son el tabaquismo y el alcoholismo.
«El consumo excesivo de tabaco y alcohol aumenta hasta 40 veces las posibilidades de desarrollar esos tumores. En cuanto al VPH, la causalidad está relacionada con el sexo oral sin protección y la cantidad de parejas: a mayor número, aumentan las probabilidades de contraer el virus», explicó Raúl Giglio, jefe de la Unidad Cabeza y Cuello del Instituto de Oncología Ángel Roffo, con motivo del Día Mundial de la enfermedad, que se conmemora cada 27 de julio.
El especialista precisó que otro factor que predispone a la enfermedad es el inicio temprano en la actividad sexual.
«En algún momento de la vida, el 80 por ciento de las personas sexualmente activas tendrán contacto con el VPH. En el 96 por ciento de los casos nuestra inmunidad lo rechaza, pero hay un 4 por ciento restante de la población en la que el virus queda acantonado en la amígdala, por lo que puede desarrollar un tumor», detalló.
Los cánceres de cabeza y cuello son un grupo de tumores que generalmente comienzan en tejidos de la boca, nariz y garganta. También pueden comenzar en las glándulas salivales, aunque son relativamente poco comunes. Ese conjunto de cánceres se categoriza a su vez de acuerdo a la zona en la que se origina, como las cavidades oral y nasal, la faringe y los senos paranasales.
Según datos de la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia estimada en la Argentina es de 3.200 casos por año, mientras que la mortalidad anual es de alrededor de 1.906 argentinos, de los que el 77 por ciento son hombres y el 23 por ciento mujeres.
«El período de latencia para la aparición del cáncer puede ser de 20 años, por lo que entre el contacto inicial con el virus hasta la aparición de la enfermedad puede pasar mucho tiempo. Por eso la vacuna contra el VPH, incluida en el Calendario Nacional para mujeres y varones desde los 11 años, es tan importante para la prevención», retomó Giglio.
Por su parte Silvio Tatti, jefe de Ginecología del Hospital de Clínicas, recordó que hay 140 tipos de VPH, y que cuatro son muy importantes: «Se trata del 6 y 11, causantes de las verrugas genitales, y el 16 y 18, que causan el 75 por ciento de los cánceres de cuello de útero en la Argentina, el 84 por ciento de los cánceres ano-rectales y la mitad de los cánceres de vagina y vulva», precisó en diálogo con esta agencia.
En cuanto a los síntomas de la enfermedad, el también profesor de Ginecología de la UBA y ex presidente de la Federación Internacional de Colposcopia destacó dos: «Uno son los tumores, y los otros son indicios persistentes en el tiempo, como afonía, dolor de amígdalas, úlceras en la lengua que no se curan y sangran o placas blancas en la mucosa de la boca que tampoco se curan».
«Los tumores de cabeza y cuello también pueden manifestarse con sangrado por las fosas nasales, dolor de oído persistente y la aparición de un bulto en el cuello. Un ganglio en el cuello es sospechoso cuando no remite dentro de los 15 o 20 días, por eso es importante consultar al médico ante cualquier indicio fuera de lo común», completó Giglio.
El especialista alertó además que la cantidad de casos viene aumentando en los últimos años: «Si bien ese tipo de cánceres producidos por tabaco y alcohol están disminuyendo -al igual que los cánceres de pulmón, que se redujeron debido en parte a las campañas antitabáquicas-, los casos producidos por VPH están aumentando y son realmente un problema de salud pública».
Con respecto al tratamiento, Tatti señaló que «todos esos cánceres son tratables».
«El problema es que a veces la cirugía es muy radical y disminuye la calidad de vida del paciente. Los asociados al VPH tienen mejor pronóstico de tratamiento, por lo que el diagnóstico y la consulta temprana son esenciales», destacó.
En ese sentido, hasta hace poco las principales opciones terapéuticas para los pacientes con cáncer de cabeza y cuello incluían cirugía, radioterapia y quimioterapia. Sin embargo, en diciembre de 2016 y tras más de una década sin novedades, la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica (Anmat) aprobó la droga «pembrolizumab», que reactiva el sistema inmune para reconocer y atacar las células tumorales en personas que no hayan respondido a la quimioterapia.
«Se trata de un nuevo fármaco que ofrece una mayor tasa de respuesta: 18 por ciento si se compara con el 5 ó 6 por ciento que teníamos habitualmente con otros tratamientos, y a su vez alrededor de un 71 por ciento de esos pacientes que respondieron, mantuvieron la respuesta por más de 12 meses, y todo ello con una baja toxicidad o efectos adversos tolerables», completó Giglio.