«Toby», «Bruno», «Halcón» y otros perros especializados en rastrillaje y búsqueda de personas se convirtieron este año en las «estrellas» de las investigaciones más resonantes del país al encontrar, gracias a su olfato entrenado, a víctimas que habían sido buscadas sin éxito.
La madrugada del 2 de abril fue vista por última vez en una plaza Aracelli Fulles (22), que vivía en la localidad bonaerense de José León Suárez y durante 25 días la Policía la buscó en cercanías de su barrio sin dar con ella.
La pesquisa estaba empantanada, pero a pedido de la fiscalía el Cuerpo K-9 de los Bomberos Voluntarios de Punta Alta aportó cuatro perros especializados, entre ellos el Ovejero «Halcón», que olfateó ropa de la joven y un portacosméticos con la leyenda «La Morocha» que le pertenecía.
A poco de iniciar la búsqueda con su guía, el perro se sentó frente a la casa donde luego se encontraría el cuerpo de la joven.
Luego de este hallazgo, la convocatoria de canes especializados de distintas partes del país no cesó.
«En la mayoría de los casos, intervinieron perros de Bomberos Voluntarios y muy pocas veces de las fuerzas de seguridad. Es necesaria una política institucional en esta materia», dijo a Télam Mario Rosillo, experto en Odorología Forense y quien capacitó a canes y guías de todo el país.
Para Rosillo, «falta conciencia sobre el uso de los perros y hay que darle mayor impulso a esta especialidad y comunicarles a los jueces sobre las nuevas técnicas que se utilizan en el mundo».
Según el experto, la Argentina está sólo en un 30 por ciento de la capacidad a la que se podría alcanzar, ya que se centra el uso de los animales sólo en casos de narcotráfico y búsqueda de dinero.
El 17 de octubre, distintos grupos de canes entrenados en la búsqueda de cadáveres ayudaron a develar uno de los casos del año: la desaparición del artesano Santiago Maldonado (27) en Esquel, provincia de Chubut, que había sido visto por última vez el 1 de agosto durante una protesta.
Fue «Toby», un Golden de los Bomberos Voluntarios de la localidad cordobesa de Deán Funes el que cuando iba rastrillando la margen del río Chubut «marcó» el lugar donde luego los buzos hallaron el cuerpo del joven; otro animal que iba en un bote también se exaltó.
Ya varios metros antes, el animal -que se especializa en la búsqueda de cadáveres- había dado varias señales como ladridos incesantes y al acercarse al agua, directamente se quiso meter al río, contó por entonces el guía de este ejemplar de poco más de dos años y medio.
Estos perros son entrenados para oler restos cadavéricos en el aire desde hasta mil metros, independientemente de la persona que estén buscando, y cada uno reacciona distinto, pero los guías conocen su comportamiento.
El 4 de agosto, el femicidio de otra joven, Anahí Benítez (16), volvió a ser noticia y los investigadores lograron hallar el lugar donde se había escondido su cuerpo gracias a «Bruno», un perro de raza Weimaraner de 4 años de la brigada canina de la Municipalidad de Escobar.
Luego de olfaterar las prendas de la víctima, el perro, que fue entrenado por Rosillo e intervino en 80 operativos, señaló con sus ladridos una casilla del predio de la reserva Santa Catalina donde se detuvo a un sospechoso y a 300 metros se encontró el cuerpo de la joven.
«Bruno» también fue clave para encontrar al profesor de inglés Matías Veléz (33), quien el 17 de noviembre fue secuestrado a la salida de un colegio de la localidad bonaerense de Mariano Acosta porque lo confundieron con otro hombre.
Después de un día sin rastros, un detenido dio datos del sitio donde lo habían dejado, pero fue finalmente el perro el que marcó concretamente el lugar y el docente fue encontrado sano y salvo.
Otros canes entrenados también colaboraron para dar con los sospechosos del crimen del niño Mario Agustín Salto (11), hallado descuartizado y violado en junio de 2016 en la localidad santiagueña de Quimilí durante un ritual satánico.
A comienzos de diciembre, a casi un año y medio del crimen, la causa dio un vuelco luego de que dos perros rastreadores del grupo K9 de San Luis lograron detectar los lugares en los que estuvo cautivo y luego fue asesinado el niño y así se logró la detención de cinco personas.
Otras víctimas halladas durante 2017 gracias a este método fueron Delfina Aciar (4), una niña caída en un desague de la ciudad rionegrina General Roca, y Paola Alvarez (21), encontrada asesinada en Salta luego de 104 días desaparecida.