La gobernadora María Eugenia Vidal realizó un viaje relámpago a Italia para mantener un encuentro privado con el papa Francisco. El periplo se mantuvo encriptado y recién trascendió ayer y, según dijo la propia mandataria, se trató de una audiencia de carácter “privado”.

Después de que la noticia circulara como un rumor por las redes sociales, Vidal la terminó blanqueando. “Quise respetar el vínculo que tenernos, dejarla así, en carácter de privada, no tiene que ver con la política, ni con la Provincia, ni con la Nación”, expresó.

Además, dijo sentirse agradecida con Francisco por haberla recibido y por los rosarios que le obsequió para ella y sus amistades.

La mandataria bonaerense justificó de esta manera la falta de comunicación oficial al respecto. Sobre todo, teniendo en cuenta que el sábado 25, en momentos en los que ya estaba en Roma, Vidal twitteó: “Durante la campaña recorrí los 135 municipios y prometí volver como Gobernadora. Esta semana lo logramos. ¡Promesa cumplida!”.

El viaje relámpago desató diversas especulaciones. Por caso, ayer circulaba que Francisco le habría expresado a Vidal su preocupación por la situación social del Conurbano.

El papa se mantiene informado sobre esta situación. De hecho, cultiva un aceitado contacto con el intendente de Merlo, el peronista Gustavo Menéndez, además de los que por sí mantiene con las diócesis de los distritos más pobres del Gran Buenos Aires.

Vidal, sin embargo, negó que ese tema hubiera sido parte de la entrevista cuya duración tampoco trascendió.

La decisión de mantener el viaje de la Gobernadora en reserva hizo que incluso tampoco trascendiera el traspaso de mando que debió realizarse por la ausencia del país de la mandataria. De hecho, por esas horas estuvo a cargo del Ejecutivo bonaerense el vicegobernador Daniel Salvador.

Vidal viajó a Italia el viernes último para verse a solas con Francisco en la residencia de Santa Marta, donde el Pontífice concede las entrevistas privadas y no oficiales, y retornó en un vuelo el domingo por la noche.

“Lo conozco desde hace varios años y no quiero, ni quise nunca, que vínculo con él sea interpretado por la política”, confió Vidal.

La Gobernadora también reveló que desde el sábado lleva colgado el crucifijo que le regaló el ex cardenal de Buenos Aires.

El viernes, el Papa había recibido al ex ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, con quién también mantuvo un encuentro privado, y el lunes por la tarde fue el turno del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, también en Santa Marta, en una audiencia privada que se extendió durante una hora.

En ninguno de los tres casos, como parece ser la nueva tónica de los encuentros de Francisco con políticos argentinos, no aparecieron registros fotográficos de esas entrevistas.

Vidal mantiene una muy buena relación con el Papa desde hace varios años, que aceitó durante el primer período de gobierno de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires cuando ocupara el ministerio de Desarrollo Social.