«Petit» es una muestra interactiva basada en el libro «Petit, el monstruo» de la escritora, cantante e ilustradora Marisol Misenta, conocida como Isol, que durante la Feria del Libro Infantil y hasta diciembre podrá verse en el tercer piso del Centro Cultural Kirchner (CCK), anticipando la serie que en octubre emitirá el canal estatal Pakapaka. Las preguntas sobre qué es lo que está bien y qué es lo que está mal que Petit se realiza en el libro, publicado por Isol hace ya diez años, son el motor de la muestra montada en las salas 304 y 306 del Espacio para la Infancia que funciona en el antiguo edificio de correos, tres pisos más arriba de la feria librera para niños y adolescentes que se desarrolla hasta el domingo entrando por Sarmiento 151.
A través de distintos elementos con que chicos y grandes pueden jugar -una torre de vajilla lista para ser destrozada; pantallas capes de revelar sombras monstruosas; y cabinas donde grabar secretos indecorosos, mirar el lado salvaje de las cosas o ponerle voz al niño que en tres meses protagonizará la tira televisiva-, Isol, el CCK y Pakapaka invitan a los visitantes a ir habituándose al mundo de «Petit, la serie».
«Lo interesante de Petit es su mirada irreverente sobre la infancia. En la serie habrá humor y diferentes puntos de vista, algo que nos interesa mostrar desde la pantalla sobre las infancias, lo que no es del todo correcto, para invitar a la audiencia a hacerse preguntas», resume Karina Wroblewski, directora de Pakapaka.
Isol repasa los inicios de la serie y sus antepasados, el libro que publicó cuando aún no tenía hijos pero que anticipó su mirada, sus inicios en el mundo del dibujo y de la música, y el montaje de la muestra que hasta fin de año puede verse con entrada gratuita en el CCK.
«Esto es mucho mérito de la escenógrafa Mariana Tirante, que le dio forma en 3D a todas las ideas que traíamos», dice la ilustradora, en referencia a la salas basadas en la serie y el libro. En la primera hay una biblioteca con libros de ilustradores infantiles, y una serie de juegos para organizar y dibujar escenas, capítulos y storyboards, mediante maquetas, imanes, pantallas de computadoras y pizarrones.
«La otra otra tiene juegos más visuales, vinculados al Petit que piensa que es un monstruo porque no es lo que debería ser -repasa-. Se ve el libro entero ploteado en la pared y hay cabinas para contar tus secretos vergonzantes o para ver lo que sueña Petit cuando se apaga la luz; espejos que deforman y elementos para romper y hacer lo que no se puede y nos encantaría».
«Es como jugar con lo primitivo que una tiene, que es parte de crecer y por eso está bueno conocerlo, para dosificarlo, no para hacerlo desaparecer», sentencia la dibujante nacida en Buenos Aires en 1972, también autora de los textos de esos libros que ya llevan más de 20 títulos traducidos a 16 idiomas.
Isol ha sido reconocida con el Premio Astrid Lindgren Memorial Award 2013, uno de los mayores galardones de la literatura infantil mundial; también fue finalista del Premio Hans Christian Andersen en 2006 y 2007, conocido como el Nobel de ese género; y del Golden Apple 2003.
-¿Cómo decidiste sacar a Petit del papel?
-Isol: La serie era una propuesta armada hace tiempo con la gente de Haciendo Cine (HC Films) y la chilena Pájaro Producciones. En principio me pareció un delirio, pensaba en cómo hacer 27 capítulos de un libro tan corto, pero ellos imaginaron todo: cómo trasladar la estética y cómo trabajar un mundo de algo muy acotado (32 páginas). La libertad que te da un canal cultural estatal es única porque se persigue la calidad artística en vez del negocio y el límite sos vos, tu propia imaginación. Luego llegó la idea de la muestra y el gran trabajo de escenografía montado en el CCK.
-¿Cómo viviste esa experiencia?
-I: Empecé a redescubrir al personaje. Lo escribí cuando no tenía hijos y lo revisito ahora siendo madre, pero es como si ya hubiera conocido a mi hijo cuando hice el libro, como una percepción de mi propia infancia o una intuición de la infancia en general, porque nunca estoy ajena a ella aunque nunca piense un libro que no sea para mí. Ocurre que me siento muy cercana a ciertas ideas de cómo mirar al mundo de una manera fuera de lo convencional, que además es una manera de seguir siendo creativo y de seguir pensando.
-¿Esa podría ser una definición de la infancia? 
-I: Sí, pero sería bueno que no fuera solo de la infancia: uno tiene experiencia, lo cual por un lado está buenísimo y, por el otro, la experiencia no te tiene que anquilosar el pensamiento. En la infancia sucede, porque no hay centro, no hay aún un pensamiento todavía estratificado, pero los científicos, los investigadores, todos los creativos tienen que poder hacerlo. Es estar un poco despierto, sensible a lo que sucede, y eso en los pibes se ve todo el tiempo, por eso son tan encantadores como personajes. Por eso hago este trabajo, porque a mí me emociona esa sensibilidad, me divierte.
-Tu propuesta no es necesariamente infantil, ¿cómo se instala en la infancia?
-I: La infancia también trasciende la infancia, hablar de niños es hablar de nosotros, es parte de lo que somos. Todo lo que aprendimos siendo niños, y todo lo que empezamos a descubrir del mundo es parte de lo que nos arma, entonces pensar la niñez como una cosa separada de la adultez es empobrecedor y muy aplanador. Yo trabajo como mujer adulta, recurro a procesos que ya experimenté, pero con una mirada fresca. Hay algo quizá de lo humano en general, y creo que por eso mis personajes funcionan. Qué es lo bueno y qué es lo malo son situaciones que nos preocupan toda la vida. Petit plantea que es ridículo tener una postura siempre igual frente a la vida. A uno no le gusta no tener certezas, pero eso es también lo que te hace vivir.
-¿Qué sería lo monstruoso para vos?
-I: La gracia del libro es que él piensa que es un monstruo porque no entra en lo que parece ser la convención. Pero él es un niño, como todos. Piensa que es muy raro porque no está asumido que uno es las dos cosas: la extrañeza, la particularidad no es monstruosa, puede ser algo sutil, amigable. Por eso a la serie le pusimos sólo «Petit», porque lo monstruoso es un poco complejo para trabajarlo sin mediadores.
-¿De dónde viene ese mundo que recreás en libros, textos y canciones?
-I: Creo que lo que más me formó fue mi casa de infancia, donde había mucho amor por los libros, el arte y la música, lo que se transformaba en actividades placenteras y compartidas. Todos los juegos tenían un poco que ver con inventar historias, con grabar canciones en cassettes, mis primeros libros fueron ilustraciones de canciones, mi primer cómic fue sobre la canción de Nick Cave «El carnaval». La niñez es tu primer encuentro con el mundo, estás mirando todo el tiempo, después dejas de hacerlo, te metés a procesar tus vivencias, a proyectar un discurso propio, pero está bueno vaciarse un poquito para volver a mirar.
«Petit» puede verse de miércoles a domingos de 14 a 19 en vacaciones de invierno; y, el resto del año, en el mismo horario pero fines de semana y feriados.