Las actrices Juana Viale y Victoria Césperes se reencuentran con la pieza “La sangre de los árboles”, escrita y dirigida por el chileno Luis Barrales, para emprender un sutil recorrido por el vínculo entre dos mujeres, en una puesta que luego de girar por América y España regresará a la cartelera alternativa local, los jueves en el Espacio Callejón.
Juana Viale alterna las escaladas a una mesa con ruedas que ella mueve en escena, carreras, momentos de quietud, más un profundo trabajo físico en las interacciones con Césperes en la sala situada en el barrio del Abasto, dirigida por el teatrista Javier Daulte.
La idea y producción general es responsabilidad de las dos actrices, capaces de transitar seguras y delicadas por una trama que viaja de los breves detalles de dos vidas atravesadas por la sospecha de un parentesco común, hasta las heridas de la tortura clandestina sobre la sociedad.
Barrales, también dramaturgo y actor trajo aquí la obra «Niñas arañas» dentro del ciclo Chile Emergente en Buenos Aires en 2010, pieza que dos años más tarde hizo funciones en el Teatro Sarmiento y al año siguiente montó su «Shakespeare falsificado» en el Patio de Actores, celebrada versión de «Macbeth», de William Shakespeare,
La intérprete, luego de la primera función de esta temporada, recorre la sala vacía de público atenta a los detalles del desmontaje, formula preguntas a la intérprete del violonchelo Lucía Gómez (siempre en escena en la obra) y transita los códigos del teatro off con naturalidad y un brillo delator en la mirada.
Juana Viale conduce actualmente el programa «Me gusta tu canción» (El Trece) y encabeza el elenco de «Edha», la primera serie argentina producida por Netflix con dirección del cineasta Daniel Burman, trabajo por el que recibió fuertes críticas.
De todos modos, nada del halo de «heredera de familia argentina de alta exposición mediática» que suele rodearla parece estar allí, sólo el entusiasmo ansioso del hecho teatral.
«Quería hacer la obra en esta sala, para mí emblemática», afirma Viale junto a la actriz uruguaya Césperes al comenzar la conversación con Télam refiriéndose a la puesta que ya viajó por Chile, Uruguay, Colombia, Ecuador, Venezuela, Costa Rica, Brasil y España.
-¿Cómo es el reencuentro con la obra que vienen haciendo hace tres años?
-Juana Viale: Se trata de un texto que fuimos descubriendo juntas pero puedo decir que más que un escrito a decir, es una experiencia y se va transitando de distinta manera en cada función, según van pasando las temporadas y en cada lugar resuena distinto. Me pasa algo lindo: siento que cada función implica una primera vez.
-La puesta tiene una dinámica de precisión como si fuera un mecanismo de relojería, ¿Cómo influye lo personal o el contexto en las funciones?
-J.V.: Mucho, porque es una narración muy sensible, femenina y llevó un proceso de gestación de 9 meses, de veras.
-V. Césperes: Las reacciones del público en cada país donde la hicimos son diferentes pero con el denominador común de la «emoción», una palabra muy presente cuando la gente se nos acerca después de las funciones.
-¿Cómo fue el proceso de gestación?
-J.V.: Resulta difícil ser artista en otro país. Las dos estábamos viviendo en Chile cuando encontramos un texto contemporáneo que queríamos hacer juntas, se lo pasamos a Barrales y él nos propuso reescribirlo, ya que no dirige textos de otros. Entonces arrancó un período como de laboratorio donde tuvimos: ensayos, clases de biología y hasta nos alquilamos una casa durante más de una semana y nos quedamos encerrados recorriendo la pieza. Como es producción propia, cuando no alcanzaba la plata, ensayábamos en mi casa con mis hijos dando vueltas por ahí.
– ¿Qué entienden por «artista»?
-J.V.: Es algo que me llena y que me exige un compromiso máximo, como en este caso de buscar una obra, investigarla, actuarla, producirla…
-V.C.: Y ver cómo el trabajo incide o repercute en el público, eso del vivo maravilloso que tiene el teatro…
– En la puesta, el trabajo sobre el espacio parece determinante, ¿cómo lo resuelven en las giras?
-J.V.: Lo vamos vistiendo de acuerdo a lo que ofrece cada sala pero eso corre en forma pareja con un proceso de maduración de la obra que de por sí tiene un planteo muy puntilloso
– Juana, ¿cómo articula el teatro independiente con la conducción?
-J.V.: Ahh no, son cosas muy distintas y no tienen nada que ver. El teatro es especial y puedo articular los roles pero esto es especial para mí.
– ¿Es una obra de género?
-J.V.: La pieza es femenina, pero aborda una cuestión universal que atraviesa a todos.
-V.C: No importa dónde la hagamos, lo visceral es la impronta acá.