La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se hizo eco del movimiento feminista y la campaña por el aborto legal con una variada oferta editorial con perspectiva de género y la visibilización de sus autoras, la inauguración de un stand sobre disidencia sexual y el diseño de una programación pensada como caja de resonancia de temas actuales.
Si el feminismo fue uno de los grandes ejes de esta edición número 44, la inauguración de Claudia Piñeiro fue quizá el primer mojón: lo hizo posicionándose en medio de protestas, convocando la disidencia como estado de alerta y cerrando en alto un discurso conmovedor con el pañuelo verde de la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito.
El verde del pañuelo se extendió como un paisaje en las mochilas de los jóvenes que visitaron la feria y en algunos stands que se posicionaron a favor del reclamo: en el de Madreselva, por ejemplo, con la adquisición de un libro obsequiaban al comprador un pañuelo.
El stand «Orgullo y prejuicio» (Pabellón Ocre) sobre disidencia sexual, que funcionó como experiencia pionera en la Feria del libro, tampoco pasó inadvertido: la bandera arcoirís del orgullo, el pañuelo verde y la programación pensada desde y por la disidencia y en diálogo con los debates del feminismo fue parte de la acertada apuesta de la Fundación El Libro, organizador del evento.
Por primera vez, la perspectiva feminista, de género, queer o de la disidencia generó sus propios espacios en muchos stands y lo mismo ocurrió con la centralidad que le dieron a escritoras consagradas que por su posicionamiento explícito, su práctica o por los temas que abordan en sus obras tienen un puente con los reclamos de las luchas de las mujeres: Margaret Atwood, Clarice Lispector, Virginia Woolf, Gabriela Mistral e Idea Vilariño, entre muchas otras.
Pero como el género no es un tema sino una perspectiva, el catálogo de las editoriales independientes dice mucho sobre este grito de igualdades: los títulos que reúne el stand de La sensación, La Coop y Todo libro es político y el sello Madreselva son ejemplos de este tipo de catálogos.
Un recorrido por los pasillos de la feria ilumina una cartografía de la producción en esta clave. Por ejemplo, para entender sobre aborto, en Capital Intelectual (Pabellón Verde) hay una reedición imprescindible de «Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo» (2014) de Mabel Bellucci, una genealogía de los 70 hasta el presente con el derecho a la interrupción del embarazo como hilo conductor.
Sobre el mismo tema, en Biblos (Pabellón Azul) se consigue «Aborto. Aspectos normativos, jurídicos y discursivos», con textos de teóricas y especialistas como María Luisa Femenías y Mabel Campagnoli, mientras que en clave más testimonial, el stand de Carbono (Pabellón Verde) tiene a título de novedad «Código rosa», un libro de Dahiana Belfiori que reúne relatos de mujeres que interrumpieron sus embarazos acompañadas por socorristas.
La Feria también acerca títulos obligados en cualquier bibliografía académica que aborde la cuestión de género: Paidós (Pabellón Verde) sigue reeditando dos obras disruptivas y fundantes de la filósofa Judith Butler: «Cuerpos que importan» y «El género en disputa»; y en Waldhuter (Pabellón Azul) se consigue «Manifiesto para cyborgs», un extraordinario ensayo de Donna Haraway publicado en la década del 80.
De práctica e investigación feminista en mayúscula, en el stand de Madreselva en NuevoBarrio (Pabellón Amarillo) está a la venta «Paxneoliberalia» de la investigadora feminista Jules Falquet; en Los Siete Logos (Pabellón Amarillo) «El gran teatro del género» de la académica francesa Anne-Emmanuelle Berger; y en la Universidad Nacional de San Martín (Pabellón Amarillo) hay un tomo de conversaciones con Nancy Fraser, reconocida intelectual estadounidense.
Para la biblioteca feminista, dos títulos icónicos que están en la feria son «El segundo sexo» de Simone de Beauvoir, el texto de 1949 que atesora la frase «No se nace mujer, se llega a serlo», en Penguin Random House (Pabellón Verde); y «Un cuarto propio», de la escritora británica Virginia Woolf, disponible en el stand de Todo libro es político (Pabellón Amarillo).
En materia de identidad de género, la editorial de la Universidad General Sarmiento (Pabellón Azul) tiene títulos de experiencias de infancias trans: en La Coop (Pabellón Azul) hay un libro de Sasa Testa, chico trans, titulado «Cuerpxs en fuga. La praxis de la insumisión»; mientras que en otro tono, en Los siete Logos se consigue «Crónicas travestis», una selección del feminismo transgresor de Alfonsina Storni, Clarice Lispector y María Moreno.
En ese mismo stand, una curiosidad de la editorial Mardulce es «Una mente propia», con selección de textos de «Cartas sociables» y «Discurso femeninos» de Margaret Cavendish, la destacada escritora inglesa nacida en 1623 y de las primeras en reivindicar la posición de las mujeres en la Inglaterra del siglo XVII.
Y si lo que se busca es producción basada en la Argentina entonces hay que ir a la editorial Prometeo (Pabellón Verde), donde además se consigue el último libro de Rita Segato «Contra-pedagogías de la crueldad», que reúne tres clases que ofreció en la Facultad Libre de Rosario en 2016.
Finalmente, otros dos libros muy interesantes escritos por comunicadoras que hace muchos años vienen trabajando periodismo en clave feminista son «Putita golosa. Por un feminismo del goce», el último libro de Luciana Peker disponible en Galerna (Pabellón Verde), y «Violencia de género. Las mentiras del patriarcado» de Liliana Hendel, que se encuentra en Paidós.