La Defensoría del Pueblo bonaerense advirtió hoy que «el humo ambiental de tabaco es una fuente muy extendida de mortalidad, morbilidad y discapacidad», informó el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos que coordina el defensor Adjunto Walter Martello.
El humo ambiental de tabaco (HTA), también llamado humo de segunda mano o humo ajeno es la mezcla del humo que exhala el fumador (humo primario) y el humo que emana el cigarrillo encendido (humo secundario).
En un comunicado, la Defensoría precisó que «1 de cada 4 personas están expuestas en sus hogares al humo ambiental y se apuntó que «1 de cada 5 en sus lugares de trabajo, bares o restaurantes».
«En la Argentina, la reducción del tabaquismo no ha sido tan significativa como la registrada en otras naciones y el impacto es mayor en los grupos sociales más vulnerables, como niños, niñas y adolescentes», detalló Martello.
Recordó que los recién nacidos, lactantes y niños menores de 2 años son más vulnerables porque tiene el aparato respiratorio, y el sistema inmunológico en proceso de maduración, por lo que su organismo es incapaz de atenuar los daños de los agentes tóxicos del humo.
Se calcula que, en todo el mundo, 65.000 niños y niñas mueren a causa de enfermedades vinculadas con esa exposición.
Martello consideró que es necesario «avanzar en una serie de reformas que permitan acelerar la disminución del tabaquismo en la Argentina» como «fortalecer y ampliar la protección ambiental contra el humo del tabaco».
Pidió modificar la Ley 26.687 que regula la publicidad, promoción y consumo de los productos elaborados con tabaco para prevenir los daños que produce el tabaquismo «para detallar lugares frecuentemente concurridos por este grupo poblacional, como espacios de recreación cerrados, lugaares destinados a la actividad de niños, y espacios culturales y deportivos habilitados para eventos públicos».
«Sensibilizar a la población sobre los riesgos de la exposición al humo de tabaco ajeno mediante campañas de información», es otra de sus propuestas.
A la vez, pidió «elaborar, aplicar, actualizar y revisar periódicamente estrategias, planes o programas de control del tabaco que aborden la cuestión de la protección contra el humo de tabaco en los lugares accesibles al público en general, o lugares de uso colectivo».
Martello recordó que según la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), que se realizó en conjunto con el INDEC «la incidencia del consumo de tabaco en Argentina desciende muy lentamente: en 2013 el 25,1% consumía tabaco y en la última encuesta, dada a conocer el año pasado, el índice llega al 22,2% de la población».
«Es decir, la reducción es de apenas 0,48 puntos porcentuales por año, por lo cual para llegar a un solo dígito, con esta tendencia, se tardarían 25 años», dijo Martello.
«El 25% de la población, es decir una de cada cuatro personas, refirió haber estado expuesto en los últimos 30 días en el hogar, mientras que el 21,8% -1 de cada 5- en el trabajo», contó.
Precisó que la exposición al humo de tabaco en bares/restaurantes se mantuvo estable (21,5%) y expuso que el sector etario más joven estuvo más frecuentemente expuesto (34,7%) , mientras que el grupo de 65 años y más refirió el valor más bajo de exposición en el hogar (18,6%).
Manifestó que «resultó mayor la exposición en los dos niveles educativos más bajos, entre aquellos con cobertura de salud pública exclusiva, y se registró una mayor exposición en el hogar en los quintiles de menores ingresos».