La testigo protegida Laura Muñoz afirmó hoy que su ex marido, Alejandro Vandenbroele, refirió haber trabajado para el ahora detenido ex vicepresidente Amado Boudou, sostuvo que el «nexo» fue José María Núñez Carmona e indicó que el vínculo empezó en el 2009 con la firma de un contrato para Formosa y continuó luego a través de una aparente «consultora» montada en Puerto Madero.
«Me dijo que trabajaba para (Amado) Boudou y el nexo era (José María) Núñez Carmona en un negocio para Formosa», comenzó su declaración Muñoz ante el Tribunal Oral Federal 4 en una nueva jornada del juicio oral al ex vicepresidente por la venta de la ex imprenta Ciccone Calcográfica.
Muñoz aclaró al inicio de la audiencia que sigue casada con Vandenbroele, con quien tiene una hija, pero advirtió que está separada de hecho desde el 2010 con demanda de divorcio iniciada, en una declaración de casi dos horas y media en la que lloró y recordó episodios violentos con su ex pareja.
Vandenbroele pidió no estar presente mientras hablara su ex mujer y permaneció en una sala contigua a la del Tribunal en Comodoro Py 2002.
«Boudou estaba buscando un abogado para hacer muchos negocios. Él había sido elegido como ese abogado de confianza», sostuvo Muñoz, quien precisó que su entonces marido le había contado eso cuando le propuso, en el 2009, mudarse de Mendoza a la ciudad de Buenos Aires ante esa oportunidad que se le presentaba.
En este sentido, Muñoz indicó que esa selección se produjo porque una prima de Vandenbroele -que era directora regional de Anses Mar del Plata- tenía un vínculo con Núñez Carmona y Boudou, y los presentó.
Muñoz abrió la ronda de declaraciones testimoniales en el juicio que se reanudó en los tribunales federales de Retiro, en una particular jornada con ausencia de Boudou, detenido el viernes último en la causa en su contra por enriquecimiento ilícito.
Núñez Carmona, detenido también el viernes, llegó a Comodoro Py esposado y custodiado por el Servicio Penitenciario Federal para presenciar la audiencia y con intenciones de prestar declaración indagatoria.
En una extensa declaración, cortada por su llanto y por roces entre el presidente del Tribunal, Pablo Bertuzzi, y los abogados defensores que le preguntaron, Muñoz contó que los negocios con el gobierno comenzaron en el segundo semestre de 2009.
La testigo recordó que lo primero que hizo Vandenbroele fue participar de la firma a nombre de la sociedad «The Old Fund» de un contrato con la provincia de Formosa para asesorar en la reestructuración de su deuda pública.
Boudou era entonces ministro de Economía y ése fue el primer contrato de The Old Fund, cuya titularidad tenía Vandenbroele.
«Con Formosa me dijo que recibía ya 40 mil ó 60 mil dólares, Si yo me voy a quedar con esta plata, imaginate lo que se quedan los de arriba», dijo Muñoz que le había dicho en aquella oportunidad su marido.
La mujer explicó que, para ella, «Núñez Carmona era nadie, un emisario, no sabía quién era» y contó que le preguntaba a Vandenbroele, «Después, ¿quién está? ¿Boudou, Cristina?», dijo que le preguntaba a Vandenbroele.
Además, aseguró que su marido le decía por entonces que no quería dejar su firma y dudaba sobre si aceptar las propuestas.
«Decía que iban a hacer como si fuese una consultora pero iba a ser un espacio donde iban a recibir otro tipo de negocios directamente del gobierno. La situación ahí me pareció un espanto», agregó.
Además, contó que, incluso, su marido «era más bien de derecha», en alusión a su posicionamiento ideológico.
«No nos gustaba el gobierno, no estaba de acuerdo con el gobierno de ninguno de los dos Kirchner y yo le decía ni siquiera coinciden con lo que vos pensás, para qué lo estás haciendo», agregó.
The Old Fund, según la acusación que se ventila en el juicio, fue usada luego para comprar la ex imprenta Ciccone Calcográfica con la intención de quedarse con los contratos estatales para la impresión de moneda nacional.
Sobre Núñez Carmona, Muñoz contó que su entonces marido «lo conocía, hablaba por telefóno con él, tenía muchas reuniones, le decía ‘el gordo José María’ , se reunían generalmente en un bar de (avenida del) LIbertador y Libertad, cuando estaban en Buenos Aires».
La testigo refirió que Vandenbroele decía que todo «lo mandaba a armar Boudou por medio de Núñez Carmona», en relación a lo que siguió después, el montaje de una consultora en Puerto Madero.
Además, sostuvo que Vandenbroele le decía que, «arriba de él estaba Núñez Carmona trayendo y llevando» y que, «después, venía Boudou».
«La situación me parecía como un espanto», agregó la mujer luego de detallar situaciones de maltrato, ausencias de su marido y el secreto que le impuso sobre sus actividades, que según ella no le contó ni a sus padres.
«Tenia miedo de que me maten», dijo sobre lo que siguió tras la separación de la pareja en el 2010 y cuando, según ella, Vandenbroele no tenía buena memoria, anotaba todo en cuadernos y luego se dio cuenta de todo lo que sabía sobre sus negocios.
«Venía a mi casa y me decía que iba a terminar tirada en una acequia, que me calle», aseguró.
Muñoz se retiró con sus custodios de los tribunales, tras sortear las preguntas de los abogados defensores de todos los acusados en busca de contradicciones.
Incluso el defensor de Núñez Carmona, Matías Molinero, dijo que estaban ante un caso de falso testimonio, en un clima tenso en el cual el presidente del Tribunal, Oscar Bertuzzi, cortó reiteradamente las preguntas de los letrados y les impidió avanzar sobre temas vinculados al divorcio y litigio civil por el mismo, entre otros aspectos.
Muñoz admitió ante una pregunta del abogado de Boudou, Eduardo Durañona, que antes del inicio de la audiencia se había reunido con el fiscal de juicio Marcelo Colombo, algo por lo cual el letrado analiza plantear la nulidad de su testimonio.
Además, los defensores plantean cuestionarla por haber supuestamente violado el secreto profesional de su ex marido abogado al divulgar temas vinculados a sus clientes.