Un grupo de científicos argentinos fue premiado por la fundación Bill y Melinda Gates y los gobiernos de Australia, Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido por su investigación en el desarrollo de una vacuna contra la brucelosis caprina, una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo.
El equipo argentino -representado por Diego Comerci, Juliana Cassataro y Juan Ugalde del IIB-INTECH, instituto dependiente de la Universidad Nacional de San Martín y el Conicet- fue premiado con 100.000 dólares para avanzar con la investigación, mientras compite con otros nueve institutos del mundo para pasar a la siguiente fase.
«Fuimos el único equipo de América latina en pasar esta primera fase. Ahora nos toca competir contra cuatro empresas e institutos de Europa, otras tantos de Estados Unidos y uno de Sudáfrica», expresó a Télam Diego Comerci, biotecnólogo y director del equipo argentino.
Para alcanzar el desarrollo de la vacuna con demostrada eficacia y con derechos para producción y comercialización en un país desarrollado, los equipos tendrán un plazo máximo de 10 años, otras dos etapas eliminatorias y un premio de hasta 26,1 millones de dólares.
«Ahora competimos por ser una de las primeras cuatro entidades que demuestren que su vacuna cumple con los requisitos del “mínimo producto viable” y el premio de un millón de dólares para las que lo logren», indicó.
Según Comerci, los 100.000 dólares que recibieron «no son suficientes para alcanzar la fase 2», por lo que irán en búsqueda de una asistencia pública y privada para sumar los 300.000 dólares que necesitan.
“Lo novedoso de la propuesta es que se trata de una competencia y no de un subsidio. Si alcanzamos las metas, obtenemos el premio. Esto nos obligará a buscar financiación y trabajar enfocados para poder cumplir con los objetivos”, detalló el especialista.
La Brucella melitensis (o brucelosis caprina) es una enfermedad infecciosa de cabras y ovejas, endémica en algunas regiones de África, Asia, Medio Oriente y partes de América, que provoca abortos en los animales y una pérdida de 20 al 25 por ciento de la producción de leche por interrupción del periodo de lactación.
En humanos, el contacto con la carne o la leche de estos animales puede derivar en síntomas como dolor de las articulaciones y los músculos, fiebre, pérdida de peso, fatiga, dolor de vientre y tos.
El Banco Mundial calcula que, por año, hay medio millón de nuevos casos de brucelosis en humanos y que, en Argentina, afecta a las zonas más relegadas de las provincias de Catamarca, San Juan, Mendoza, La Rioja, Formosa y Santiago del Estero.
«Es un proyecto que posiciona a la Argentina en la vanguardia de la investigación y desarrollo en salud animal, por lo que entendemos que es una propuesta más que interesante para apoyar», afirmó Comerci.
La idea del equipo es «tener en un año y medio las primeras pruebas con animales de laboratorio y en tres años en animales grandes (cabras u ovejas). Si pudiéramos cumplir con estas metas estaríamos muy bien».
En la actualidad, no existe una vacuna que pueda erradicar la enfermedad y que tenga altos niveles de protección, de estabilidad y con un costo de manufactura de comercialización accesible a zonas de bajos recursos.
«No somos nuevos nuevos en el área de Brucelosis. Tenemos infraestructura y la UNSAM tiene tecnología para hacer pruebas en los animales y laboratorios de seguridad nivel 3. Son ventajas comparativas que hicieron que nuestro proyecto se registre entre cientos que se presentaron», explicó el biotecnólogo.
En caso de que llegaran a pasar de fase, Comerci aseguró que buena parte del millón de dólares de premio lo destinarían a financiar la última de las etapas: la regulatoria.
El equipo que sea el primero en llegar a la fase final -que registre una vacuna adecuada a los requisitos- recibirá 20 millones de dólares a la primera organización y, en caso de superarlos con requisitos extra, podría recibir otros 5 millones de dólares.
«El registro de ese este proceso lleva años de trabajo, de abogados y especialistas que son muy caros. Sabemos que, en este sentido, tenemos una desventaja con los institutos o empresas europeas o de Estados Unidos, pero no vamos a resignarnos», completó Comerci.