La gastronomía Iberoamericana se convirtió en un atractivo turístico en los países de esa región gracias al desarrollo de una cocina natural, con una fuerte relación entre los chefs, los restaurantes y los productores y con un marcado respeto en la elaboración de los alimentos de cada región.
Las tendencias actuales en materia gastronómica, su relación con el turismo y la evolución en los alimentos y en las formas de cocinarlos fueron analizadas por referentes de Uruguay, Perú, México, Guatemala y el País Vasco en el marco de la 2° Feria Iberoamericana de Gastronomía (Fibega 2017), que culmina mañana en La Rural de Palermo.
La feria, la única en el mundo dedicada a la gastronomía, el turismo y la educación, contó con la participación de 18 provincias argentinas y de delegaciones de países latinoamericanos y europeos y tuvo una
concurrencia estimada en 20.000 personas en sus dos primeras jornadas.
El chef uruguayo Jorge Simeone señaló a Télam que «en Uruguay la gastronomía avanzó a partir de la gran cantidad de recursos naturales existentes para elaborar comidas» y de «respetar la naturaleza de los productos y sus formas de cocción».
Simeone dijo que la idea de la cocina uruguaya actual «es crear sabores que prestigien a cada una de las regiones» y consideró que para lograr ese objetivo «es fundamental la alianza entre los cocineros, los restaurantes y los productores».
Las carnes de cordero y de jabalí, los mariscos, entre los que se destacan el cangrejo siri y el camarón, la algas, las mieles y las conservas con los productos que caracterizan a la cocina uruguaya.
El chef Simeone sostuvo que «la tendencia es cocinarlos en forma natural para que la cadena de valor llegue al consumidor».
En ese sentido, Isabela Falco, directora de Comunicaciones de la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (Promperú), indicó que «al mantener esa cadena se privilegia el trabajo de los productores y se apoya la creación de empleos».
Falco afirmó que, detrás de los sitios arqueológicos peruanos, «la gastronomía se posiciona como el segundo atractivo turístico» y aseguró que por ese motivo «desde el gobierno se encaró un trabajo conjunto con los chefs y los dueños de los restaurantes para que las comidas peruanas sean valorizadas y conocidas en todo el mundo».
Las formas de cocinar esos productos y la gran variedad de ingredientes utilizados hicieron posible que tres restaurantes peruanos figuren entre los 50 mejores de todo el mundo y que nueve estén en la lista de los 50 mejores de Latinoamérica, una situación que según la directora de Comunicaciones de Promperú «no es casual y responde a un trabajo de años».
El cebiche, que se hace con dados de pescado crudo, ají, limón y cebolla, el lomo saltado, que es un trozo de ese corte cocinado en un wok con cebolla, tomate y perejil, y la causa, que es un puré de papas sazonado con ají molido y limón que se cubre con una capa de huevo y palta, son las comidas que sobresalen en la gastronomía peruana.
Por su parte, Rogelio Martínez Caballero, director de Productos Turísticos del estado mexicano de Guanajuato, puntualizó que «en 2010 la cocina mexicana fue declarada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, y desde entonces ha logrado grandes avances».
Martínez Caballero destacó que esos cambios «pasan por darle más lugar a las influencias de las culturas Purepecha, Chichicheca u Otomí y Mexica Nahua», que le otorgaron «gran variedad de alimentos, de condimentos y sobre todo mucha naturalidad a la hora de cocinar».
El director de Productos Turísticos del estado de Guanajuato subrayó que estos cambios «fueron apoyados con grandes campañas de difusión en todo el mundo que lograron que tres de cada 10 turistas que llegan a México lo hacen atraídos por su gastronomía».
«El trabajo conjunto entre el sector público, los chefs, las cámaras de restaurantes y de hoteles y los productores ayudó a que la gastronomía forme parte de un proyecto integral de turismo», sentenció el funcionario mexicano.
La representante del Departamento de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria de Euzkadi (País Vasco), Anuska Ezkurra, explicó que «la región es muy pequeña, de 2,5 millones de habitantes, y por eso eligió a la gastronomía como uno de sus símbolos de identificación para el turismo».
Ezkurra recordó que en la década del 60 y del 70 la gastronomía del País Vasco quedó muy ligada a los productos locales, que fundamentalmente son de mar, pero aclaró que a partir de los 80 «esa tendencia cambió porque los grandes chefs conocieron las técnicas culinarias europeas y dieron lugar al surgimiento de la nueva cocina vasca».
La funcionaria vasca argumentó que «siempre hubo un trabajo conjunto entre los chefs y los productores, un sector que ocupa a 100 mil personas y es el responsable del 10,6% del PBI».
La unión entre chefs y productores dio lugar a la creación de un Plan de Gastronomía y Alimentación «que aporta valor a todos los estamentos de la cadena de elaboración de comidas», aseguró Ezkurra, quien puso de relieve que «ocho de cada 10 turistas que llegan al País Vasco lo hacen para disfrutar de su gastronomía».
Por último, Alejandrina Silva, jefa de Patrimonio Cultural del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), reconoció la fuerte influencia de la gastronomía en la elección de los destinos turísticos y dijo que en Guatemala «se destaca la cocina que fusiona la cultura maya con el estilo europeo de la época de la conquista, que logra platos muy interesantes y de alcance popular».