El presidente de la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, pidió hoy, ante el conflicto que amenaza el inicio del ciclo lectivo, que el gobierno nacional y los docentes flexibilicen posturas, al tiempo que, sobre la prevista movilización de protesta de la CGT, reclamó que gremialistas y la administración del presidente Mauricio Macri moderen el tono de su confrontación verbal.
Al hablar sobre el paro docente de 48 horas previsto para mañana y el martes, Martín consideró que las autoridades deben «dar lo que más se pueda» y los gremios «ceder un poco en sus reclamos».
«Preocupa la escalada de la confrontación, violencia verbal, porque aleja toda posibilidad de solución», advirtió el prelado, y señaló que el diálogo es «clave» para poder alcanzar «un acuerdo razonable y que satisfaga a las partes».
Las afirmaciones de un alto miembro de la Iglesia Católica preceden a la que se aguarda como una semana conflictiva, debido a la huelga de docentes, la convocatoria a una protesta masiva por parte de las principales centrales obreras, la prevista concurrencia el martes de la ex presidenta Cristina Kirchner a los tribunales federales para declarar en la causa Los Sauces, y una huelga de mujeres, el miércoles, como parte de un reclamo internacional por la igualdad de género.
En el conflicto docente, el Gobierno se ha encolumnado en la firme convicción expresada por la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y su postura dialoguista pero «realista», que indica que las cuentas provinciales limitan la posibilidad de otorgar mayores aumentos. En este punto espera que la mayoría de la ciudadanía comparta ese «realismo» y, entonces, el paro docente no provoque mayor desgaste político.
Frente a la movilización sindical que podría terminar el martes, según se anuncia, con el llamado a una huelga general, el Gobierno, por medio del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, apuntó contra la dirigencia gremial al afirmar que quieren implantar la metodología «del paro y la movilización» y que buscan «romper mesas de dialogo donde habíamos encontrado muchas soluciones para los trabajadores argentinos».
El mensaje de Triaca apunta a revalorizar uno de los ejes de gestión del presidente Macri, el diálogo, ante protestas que el ministro de Trabajo vinculó al año electoral y a la política partidaria.
En tanto, el ministro de Justicia, Germán Garavano, se refirió a la investigación que enfrenta Cristina Kirchner en la llamada causa Los Sauces, que busca determinar si dinero proveniente de la obra pública terminó en manos de la familia de la ex mandataria a través del pago de alquileres en hoteles de su propiedad.
«En este caso hay una estrategia (de la defensa de la ex presidenta), que es legítima, de llevar todo esto a un plano político y de discusión más mediática, donde se deja de lado el delito que está investigando el juez y nos quedamos discutiendo sobre otras cuestiones», dijo Garavano.
Para el ministro esto «implica sacar del plano a los hechos que la Justicia quiere verificar o descartar, y ponerlo en un plano más político, de confrontación».
En este punto, cabe recordar recientes encuentros del papa Francisco con figuras clave del Gobierno, como la gobernadora María Eugenia Vidal, con el ministro Triaca y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, reuniones que en el inicio de una semana que se prevé conflictiva dejaron entrever que desde el Vaticano se monitorea bien de cerca cómo el presidente Macri afronta las tensiones sociales y políticas.