Las empresas que no aborde ya su proceso de transformación y no aplique las últimas tendencias tecnológicas a sus negocios, no sobrevivirá. La inteligencia artificial (IA) lo va a impregnar todo, y Calsberg se ha dado cuenta de ello.
Así, Carlsberg está liderando el proceso de incorporación de la inteligencia artificial a su industria, y para ello ha puesto en marcha la iniciativa Beer Fingerprinting, un proyecto que utiliza sensores y métricas avanzadas para mapear y predecir más rápido los sabores de la ‘rubia’. Tal y como está articulada la iniciativa, se podría utilizar para cualquier tipo de bebida.
Jochen Förster, director de levaduras y fermentación para el Laboratorio de Investigación de Carlsberg, dice que “si contáramos con sensores que nos dijeran desde un primer momento si la levadura se podría utilizar para la producción de cerveza a gran escala, y que reconociera los químicos y sabores que la componen para predecir cómo sería el sabor final de la propia cerveza, nos ahorraríamos muchísimo trabajo y avanzaríamos en nuestra investigación más rápido.”
El laboratorio comenzó a trabajar entonces en el desarrollo de estos sensores con la Universidad de Aarhus y la Universidad Técnica de Dinamarca, con el objetivo de establecer cómo implementarlos en los diferentes escenarios del proceso de fermentación. Microsoft también entra en escena en el proyecto, con la finalidad de analizar las señales de los propios sensores utilizando la inteligencia artificial, e incluyendo algoritmos de machine learning para medir los sabores y aromas creados por la levadura y otros ingredientes.
El proyecto empezó hace aproximadamente seis meses y tiene una duración estimada de tres años. Ya en la actualidad los sensores pueden diferenciar entre diferentes sabores, y los investigadores se encuentran afinando el sistema y desarrollando software que facilite el trabajo a los técnicos, que no están acostumbrados a utilizar IA para su trabajo diario.
El objetivo de Beer Fingertrinting Project es trazar una huella del sabor para cada muestra y reducir hasta un tercio el tiempo que se tarda en investigar sus diferentes combinaciones, y así ayudar a la compañía a obtener un mayor número de tipos de cervezas que puedan ser comercializadas con mayor celeridad.
Calsberg y Microsoft trabajan también conjuntamente en otro proyecto de transformación en el que la nube o cloud es la plataforma base para el concepto de “bar conectado”. Se trata de una prueba piloto en treinta pubs que hace uso del Internet de las Cosas (IoT) para ofrecer información a los dueños de los bares que les ayude a gestionar eficazmente sus stocks de barriles, la temperatura de la cerveza, y mejorar su rentabilidad y la propia experiencia de sus clientes. No estaría de más que este tipo de iniciativas también incorporaran consejos para que los usuarios realizaran un consumo responsable y moderado. Seguro que la inteligencia artificial también puede ayudar a ello.