El juez de Ejecución Penal de La Plata José Villafañe dispuso que un hombre siga preso, a pesar de haber cumplido la condena de 8 años de cárcel por dejar ciega a su esposa producto de los golpes recibidos, debido a que el agresor no realizó un tratamiento sobre la temática de violencia de género que le había impuesto la Justicia.
Carlos Goncharuk deberá continuar en prisión pese a que el sábado 14 próximo tendrá cumplida la pena impuesta en el juicio oral por el delito de «lesiones gravísimas» en perjuicio de su ex mujer, Susana Gómez, quien quedó ciega por esos ataques en el rostro.
En un fallo Villafañe hizo lugar a un planteo de la fiscal de Ejecución Laura Lasarte después de analizar los informes sobre la salud mental de Goncharuk, su negativa a someterse a tratamientos vinculados con la temática de violencia de género y los episodios de violencia que protagonizó en las distintas cárceles en las que estuvo.
El magistrado recordó que durante años de prisión, el agresor «transitó por casi un cuarto de las cárceles de la Provincia (Unidades 1, 9, 18, 23, 24, 28, 32, 34, 36, 38, 42 y 48), sitios que cuentan con diferentes regímenes y modalidades y en los que podría haberse incorporado dentro de los dispositivos tratamentales pero en ninguna de las unidades se lo pudo incluir al tratamiento».
Detalló que el condenado «generaba conflicto en el pabellón y debían trasladarlo, se negaba a concurrir ya por estar enojado o por cualquier otro motivo» y citando a los a la fiscal, relató que «cada vez que se intentó incorporar a Goncharuk a algún dispositivo tratamental de rigor, el abordaje e vio truncado por cuestiones estrictamente achacables a él».
Villafañe recordó en la resolución que Goncharuk «fue condenado a la pena de ocho años de prisión por resultar autor del delito de lesiones gravísimas, disponiéndose además reciba un tratamiento psicológico y socio educativo tendiente a lograr su inserción social y reposicionamiento subjetivo frente a actos de violencia de género».
Fuentes judiciales explicaron que el juez «dio respuesta a un pedido de la fiscal para que resuelva una media cautelar porque hay posible afectación de derechos concretos y le pidió que vencida la Goncharuk continúe privado de la libertad hasta que un tribunal de familia resuelva».
«Si el juez de familia el lunes o martes decide él tiene que salir, ordenará su libertad», aclararon.
Graficaron que «lo que acá ocurre es que la pena decía que él tenía que estar privado de su libertad 8 años y que debía hacer un curso socioeducativo para repensar y replantear la violencia contra la mujer. Esto no lo hizo, o sea que no cumplió con su pena» y añadieron que «ello, sumado a las evaluaciones respecto de su condición psicológica fundamentan la medida cautelar».
Por ello, Villafañe dispuso en el fallo que se dicte una orden de internación compulsiva «para que reciba tratamiento específico, como medida de seguridad en resguardo de la víctima, familiares y el resto de la sociedad».
De acuerdo a los peritos judiciales, Goncharuk «no evidencia mecanismos revisores de su accionar e intenta responsabilizar a terceros de los hechos por los cuales está privado de su libertad».
«Si bien trata de brindar una imagen de superación, consideramos que aún se sostienen sentimientos de ira y enojo por la situación de encierro», indicaron los peritos, que advirtieron que presenta «agresividad contenida e intenta intimidar al entrevistador» y apuntaron que «su detención no ha posibilitado la revisión de su conducta».
También señalaron que el agresor presenta una «postura reivindicativa y agresiva, hostil, beligerante de amenazas, buscando provocar intimidación y conmover a quien lo evalúa» y subrayaron que «ese tipo de conductas de amenazas podrían repetirse recurrentemente según las circunstancias que se le presenten como desfavorables según su propia concepción».
Por ello, el juez dispuso que el condenado siga preso hasta que «tome intervención y adopte una decisión el Juzgado de Familia que resulte competente en el caso, sobre las medidas de fondo solicitadas».
En paralelo, el magistrado ordenó al Servicio Penitenciario Bonaerense que aloje a Goncharuk en un establecimiento que posibilite su evaluación interdisciplinaria: psicológica, psiquiátrica y social y le ofrezca «un tratamiento psicológico y socio educativo tendiente a lograr un reposicionamiento subjetivo frente a los actos de violencia de género».
En el juicio quedó acreditado que en junio de 2011 el hombre tomó la cabeza de la mujer y la golpeó en reiteradas oportunidades contra la pared, provocándole doble desprendimiento de retina.
Gómez relató las golpizas que sufría de parte de su esposo y cómo éste le advertía «te voy a matar, te voy a dejar ciega», lo que finalmente logró.