La ciudad de Paraná registró un crecimiento del 5% en la ocupación hotelera durante la temporada estival de 2018 respecto del mismo período del año anterior, con ingresos de más de 203 millones de pesos, de acuerdo a un informe elaborado por el municipio local.
La ocupación hotelera de las más de 3.500 plazas disponibles alcanzó durante el verano el 54,3%, un 5% por encima de los guarismo registrados en igual período de 2017, y llegaron a la ciudad 101.584 turistas, según el informe dado a conocer este fin de semana.
El 95,7% fueron turistas nacionales, de los cuales un 62% llegaron de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba; mientras que el 4,3% restante se trató de turistas extranjeros.
Los más de 100.000 turistas generaron un movimiento económico de alrededor de 203.677.395 pesos, en tres tipos de gastos de acuerdo al tipo de alojamiento que utilizó.
Un primer grupo representado por quienes se alojaron en hotel promediaron un gasto de 1.360 por día por persona; quienes se alojaron en establecimientos extrahoteleros gastaron cerca de 930 pesos por día; y quienes no se alojaron pero utilizaron servicios dejaron un gasto promedio de 520 pesos por jornada.
«Más de la mitad de los consultados por agentes de ese organismo provincial respondió que viajó en familia», mientras que el alojamiento más utilizado fue el tradicional «alojamiento turístico», compuesto entre hoteles, apart hoteles, hostels, residenciales y cabañas, reveló el informe.
Los tres niveles de barrancas en las 44 hectáreas que componen el Parque Urquiza sobre el río Paraná son la postal que define el perfil de Paraná, ciudad con hábitos de pueblo grande que la hacen amigable y atractiva para un turismo que busca naturaleza, cultura e historia.
El extenso borde costero es apto para todo tipo de actividades, desde el ejercicio físico hasta el contemplativo mirar al ancho río que deja adivinar la costa santafecina, vecina y complementaria.
En una de sus partes se destaca el barrio costero de Puerto Sánchez, célebre por su canción, artesanías y sus platos típicos en base a pescado fresco.
Asimismo, la recuperación del borde costero realizada hace poco menos de cuatro años resaltó paisajisticamente una zona apta para los deportes y las actividades de turismo.
La aplicación «Paraná Guía Turismo», disponible para Android, cuenta con una base de datos sobre hospedaje, gastronomía, excursiones, estaciones de servicio, eventos, transportes, bancos, salud, bares, discos y sitios de interés.
Según el informe, el turismo de eventos, reuniones, congresos y convenciones creció en Paraná, que cuenta con el centro de convenciones más grande de la Mesopotamia, con una capacidad para 2.500 personas, y que se integra con La Vieja Usina y puede extender su capacidad hasta 4.000 personas.
La Fiesta Nacional del Mate, con un escenario con artistas de primer nivel y un concurso de cebadores son los broches de oro del verano que hace honor a una de las tradiciones argentinas, en la provincia que consume más yerba por habitante en todo el país.
Fuera de la temporada de verano, en octubre, la Fiesta de Disfraces más grande de América latina, que se originó en 1999 cuando un grupo de amigos quiso festejar varios cumpleaños juntos y salieron con sus disfraces, se instituyó como una gran celebración.
Se trata de una fiesta única por sus características, dimensión y trascendencia, donde Paraná colma sus plazas hoteleras y las de ciudades aledañas con turistas del interior, de provincias vecinas y de países como Colombia, Brasil, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Capital de la Confederación Argentina entre marzo de 1854 y diciembre de 1861, Paraná tiene la primera escuela Normal, la número 1, que creó Domingo Faustino Sarmiento, y que se encuentra en frente a la plaza 1 de Mayo, donde también se alzan la Catedral Metropolitana y la municipalidad, todos de estilo francés.
Por otra parte, la modalidad de turismo aventura crece día a día en travesías con kayaks, piraguas y canoas de madera, cabalgatas, salidas en bicicletas mountain bike y expediciones 4×4.
Paraná se presenta ante quien la visita como una ciudad que supo combinar la vida activa y dinámica propia de una ciudad turística con la tranquilidad y belleza que le brinda su entorno natural y salvaje y sus ciudadanos.