El organismo de la ONU para los refugiados (Acnur) realizó una dramática advertencia sobre el riesgo de muertes masivas a causa del rápido aumento de la hambruna en el Cuerno de África, Yemen y Nigeria.
«La situación, resultado de las sequías y del severo déficit de financiamiento humanitario, hace pensar que la crisis es inevitable e incluso peor que la de 2011», aseguró el portavoz de Acnur, Adrian Edwards, en un comunicado difundido en Ginebra.
En total, 20 millones de personas están en áreas afectadas por la sequía y 4,2 millones de ellos son refugiados.
«Las cosechas se pierden una tras otra y el conflicto combinado con la sequía en Sudán del Sur influye en el aumento de la hambruna y los refugiados; la inseguridad en Somalia incrementa el desplazamiento interno y el nivel de malnutrición es muy alto, especialmente entre niños y madres lactantes», precisó Edwards.
Asimismo, agregó que en Etiopía «la malnutrición aguda entre los niños de entre 6 meses y 5 años refugiados es hasta de un 79%» y que en Yemen «se vive la crisis humanitaria más grande del mundo con 19 millones de personas con necesidades de asistencia, 17 millones de ellas por inseguridad alimentaria».
En Nigeria, en tanto, «7 millones de personas tampoco tienen como alimentarse saludablemente», dijo.
El Acnur y sus socios aumentaron la ayuda, pero la financiación solo alcanza de un 3% a un 11% de lo que se necesita.
«Queremos recordarle a la comunidad internacional que la sequía del Cuerno de África en 2011 costó 260.000 vidas y más de la mitad de ellas eran de niños menores de 5 años. Debemos evitar a toda costa que esto se repita», dijo el portavoz del Acnur.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), informó por su parte que se necesitan urgentemente 4.400 millones de dólares para proveer asistencia vital y evitar una catástrofe.