Las autoridades alemanes registraron el año pasado 83.000 delitos informáticos que causaron daños por valor de 51 millones de euros, según datos de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) presentados durante un congreso sobre el cibercrimen en Berlín.
El vicepresidente de la BKA, Peter Henzler, advirtió sin embargo de que esa cifra sólo refleja los casos denunciados a la policía y que hay estudios que apuntan a una cifra real claramente más alta y a daños mayores.
Un estudio de la Oficina Regional de Investigación Criminal (LKA) de Baja Sajonia calcula que el total de los delitos informáticos perpetrados en Alemania el año pasado puede llegar incluso a los 1,4 millones de casos.
Dentro de ellos, hay casos de delitos menores, pero lo que más preocupa a las autoridades alemanes es el crecimiento del crimen organizado en internet.
«Partimos de la base de que en la red operan bandas criminales con un alto grado de organización porque perpetran delitos que exigen tener a disposición conocimientos sofisticados», declaró Sandro Gaycken, del Digital Society Institut (DSI).
El DSI es un centro de investigación enfocado en el cibercrimen que coopera estrechamente con la BKA y otros organismos, como con el German Competence Centre against Cyber Crime (G4C), una iniciativa de varias empresas para combatir los delitos digitales.
«Es importante entender que se trata de una amenaza real y que ha venido para quedarse. Llega a todos los sectores y es invisible, por lo que muchos están afectados sin saberlo», advirtió Alexander Klotz, el director de seguridad del Hypoverein Bank y miembro del consejo directivo del G4C.
Según Klotz, en la seguridad informática las empresas tienen que entender que no son competidoras entre sí y que tienen que intercambiar experiencias y recursos ante un peligro que debe preocupar a todos.
El amplio espectro de formas de criminalidad que se puede encontrar en la red, según estos expertos, va desde la estafa a través de manipulación de sistemas de pagos electrónicos hasta el chantaje, pasando por el tráfico ilegal de armas.
Gaycken advirtió de que los criminales pueden estar en condiciones de sabotear sistemas enteros de organismos estatales o de grandes empresas, como una forma de mostrar sus posibilidades para luego amenazar y chantajear a otras empresas.
«Es posible que no se atrevan a sabotear a una gran compañía porque saben que luego se enfrentarían a todo el peso del Estado, pero no creo que sea la falta de recursos técnicos lo que los frena», afirmó.
Para las autoridades, el principal riesgo lo corren empresas medianas con un alto nivel tecnológico que no tienen, sin embargo, las posibilidades de las grandes empresas para invertir en ciberseguridad.