El agua es el caldo primigenio de la vida. De hecho, la vida se originó en los océanos de la Tierra y evolucionó en criaturas complejas durante millones de años bajo sus aguas, hasta que las condiciones fueron las apropiadas para que la vida vegetal y animal asentara en tierra firme. Ahora, un equipo de investigadores del Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona (ICCUB) ha creado un modelo estadístico para predecir la proporción de tierra y océanos que existiría en otros planetas habitables del universo.

La mayoría de los planetas habitables estarían cubiertos en un 90% por agua, según la estimación de Fergus Simpson, autor del estudio, utilizando la probabilidad bayesiana, -un modelo estadístico que trabaja con hipótesis que se toman como ciertas o inciertas. Para que un planeta pueda tener áreas extensas de tierra y de agua, debe existir un delicado equilibrio entre el volumen de agua que contiene y las dimensiones de sus cuencas oceánicas. La cantidad de agua de la Tierra se encuentra en un perfecto equilibrio compatible con la existencia de la vida terrestre: actualmente, los océanos cubren el 71% de la superficie de nuestro planeta, un porcentaje menor que lo aproximado para otros planetas habitables, y «cerca del límite en el que la existencia de nuestra especie ya no sería viable», según Simpson.

La conclusión del estudio está basada en el principio de selección antrópica, es decir, el que defiende que cualquier teoría sobre el universo es válida siempre que sea coherente con la existencia del ser humano, Además, observaciones como el ciclo del agua y los procesos de erosión y deposición han sido tenidos en cuenta para la realización de esta aproximación.

Según esta teoría, es muy probable que la vida extraterrestre suceda, en su mayoría, bajo los océanos de planetas en otras estrellas. Pese a que en la Tierra la vida se originó de esta manera, según el investigador del ICCUB, «no debemos limitarnos a creer que todos los planetas habitables tienen la misma capacidad para albergar vida inteligente».