Si bien la cultura aparece cada vez más sexualizada, los jóvenes parecen menos interesados en su práctica.
Para los “millennials” el sexo dejó de ser un tema tabú y lo piensan desde un lugar desprejuiciado. Se sienten libres de hablar, de confesar inquietudes o, llegado el caso, de afirmarse homosexuales o bisexuales. No obstante, de acuerdo a nuevos estudios, esa mayor libertad no va de la mano con un incremento de la práctica sexual.
Un trabajo realizado en Estados Unidos logró gran repercusión al agitar las aguas con una conclusión que va en contra de lo que la mayoría suponía: los millennials practican menos sexo que las generaciones anteriores.
La investigación fue realizada por la Universidad de San Diego y publicada por la revista académica en sexologia “Archives of Sexual Behavior”. El estudio probó que cada vez más jóvenes adultos nacidos entre los 80 y los 90 eligen no tener sexo.
El profesor de psicología de la San Diego State University Jean Twenge dijo que mientras el 15% de los jóvenes de entre 20 y 24 años no ha tenido una pareja sexual desde los 18 años, en la Generación X (nacidos en los 60 y 70) el porcentaje baja a 6%.
Si bien los investigadores admiten que no existe una única causa que explique el fenómeno, Twenge señala en el informe que “hay un patrón general que sigue esta generación de alcanzar ciertos hitos más tarde. Casarse, tener hijos, estabilizarse en una carrera, comprar una casa. Ahora parece que los millennials y la generación posterior, la “i”, también están postergando el sexo”.
Twenge también considera que la tecnología, de alguna manera, podría jugar en contra de los encuentros sexuales. Al comunicarse casi exclusivamente a través de mensajes de texto o de chats online, tendrían menos contacto físico.
Cuando los miembros de la generación “baby boom” (los nacidos durante las dos décadas posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial) tenían la edad que actualmente tienen los millennials, las cosas eran totalmente diferentes: eran épocas de liberación sexual en la que el punto de partida era “sexo, drogas y rock and roll”.
Para los jóvenes de ahora el paradigma parecería girar entorno a chateos por Tinder u otras redes sociales, a la publicación de selfies y al consumo o a la producción de videos en internet.
Paradójicamente, el sexo aparece por todos lados: en películas, novelas, series o en cuerpos desnudos que posan sugerentes. Mientras la cultura aparece cada vez más sexualizada, los jóvenes parecen menos interesados en la práctica. ¿Acaso la omnipresencia del sexo perfecto acrecienta las inseguridades y, por ende, los temores a la exposición?
Para Twenge la mayor consciencia sobre las enfermedades sexuales pudo haber incidido en este fenómeno. “La preocupación sobre la seguridad personal, la saturación de información sobre abusos en los campus universitarios y en fiestas juveniles también pueden contribuir a la inactividad sexual de los millennials comparada con la generación previa. La generación millennial está mucho más concientizada de los posibles riesgos de determinados hábitos, como demuestra el hecho de que beben menos alcohol, y esta percepción influye en sus elecciones sexuales”, dijo.
Para la autora, el hecho de que “una proporción mayor de veinteañeros, respecto a la generación X, viven con sus padres, retrasan la edad del matrimonio y pasan más tiempo consumiendo ocio individual” también contribuye al descenso en la práctica sexual.
El sondeo se realizó en base a 26.707 casos. La General Social Survey, equivalente a nuestro Instituto Nacional de Estadística (INE), se encargó de las encuestas. La muestra se considera representativa de la sociedad adulta estadounidense e incluye a miembros de la generación millennials y de la generación X e Y.