La escritora y periodista argentina Luciana Mantero presentará este miércoles en el festival de literatura de Mantova, Italia, la edición en italiano de «El deseo más grande del mundo», un libro «de historias y sentimientos» con el que busca mostrar que «no hay un camino único ni uniforme» para las parejas que buscan tener un hijo y enfrentan complicaciones, «sino que cada una tiene que ir encontrando el propio».
«Il desiderio più grande del mondo» (Castelvecchi Editore) es la carta de presentación con la que Mantero (Buenos Aires, 1977) llegó a Italia para participar junto a otros autores consagrados como el español Arturo Pérez-Reverte o el francés Daniel Pennac en la XXI edición de de uno de los eventos más convocantes de las letras de la península.
Con la reedición de su libro anterior «Margarita Barrientos» (Paidós), recién publicada en la Argentina, Mantero explicó a Télam durante su escala en Roma cómo inciden los nuevos «tiempos culturales» sobre los tiempos biológicos a la hora de buscar el primer hijo; por qué «no dudó» en contar su experiencia en primera persona, y cómo espera que las mujeres y parejas que atraviesan situaciones similares adopten el libro en un contexto en el que «no hay un manual de instrucciones».
-¿Cómo se hace para presentar la versión en italiano de un libro que cuenta experiencias de mujeres argentinas?
– Luciana Mantero: Es que es un tema universal, y el libro tiene la característica de ser atemporal: habla de historias y de sentimientos. Es un libro que habla de sentimientos, que habla de la búsqueda de la maternidad cuando cuesta que llegue. El título, vale la pena aclarar, habla de «el deseo más grande del mundo», pero para las personas que deciden tener hijos: es algo tan fuerte y tan universal que cuando no llega se vive con un dolor muy importante. Todo esto en un contexto mundial en el que, sobre todo en países desarrollados, se posterga la llegada del primer hijo. Cuando uno espera mucho para tener hijos cuesta cada vez más. La gran explicación del crecimiento de los tratamientos de fertilidad en el mundo tiene que ver con la postergación de la edad. Los tiempos culturales van por un lado, y los biológicos por otro. Hoy se le pide a la mujer que haga su carrera, que sea exitosa económicamente, que se sienta lo suficientemente madura para tener hijos y cuando empieza a buscar un hijo pasados los 35 o 36 años, la cantidad de óvulos baja en picada. La gran pregunta entonces es cómo hacemos para conciliar los tiempos culturales y los biológicos.
– T: ¿Cuál es el rol del hombre en este proceso de búsqueda, según lo investigado?
– L.M.: Es muy variable. El protagonismo principal lo tiene la mujer porque pone el cuerpo en los tratamientos, pero para ellos también es difícil. El buen hombre que acompaña a la mujer es el que está codo a codo, hablando de lo que le pasa, generando espacios para conversar, el que la acompaña a hacerse los estudios. Las parejas que sobreviven a este tránsito muy difícil son las que más se comunican. Un mensaje que busco con el libro es hay que tratar de hacer la vida fecunda más allá del resultado, que no podés controlar, porque puede que ese hijo no llegue. La vida puede ser fértil y fecunda desde otros lugares.
-¿Cómo se hace en 2017 ante estas situaciones para no caer en la tentación de googlear todo y manejarse solo con esa información?
– L.M.: Los médicos dicen que los pacientes están sobreinformados, pero en el balance final creo que es bueno tener información. Los médicos deberían darte esa información dosificada, pero a veces no lo hacen, y a veces los espacios de acompañamiento se dan a través de internet. En general es algo que se vive como un tabú, puertas adentro. Faltan espacios de contención, y el libro se posicionó como eso. Además al ser diez historias muy distintas de mujeres diversas que toman caminos distintos, eso hace que uno pueda identificarse con una partecita de cada una de ellas. Y cada persona va tomando lo que le sirve: porque no hay un camino único para atravesar esto.
– En un pasaje del libro lo define como una «obra incompleta» para que lo vayan enriqueciendo las experiencias de las lectoras…
– L.M.: La idea es que el libro cupe el lugar de un manual de instrucciones que no existe. Cuando vos tenés esos relatos corales de mujeres distintas, te podés identificar y armar tu propio manual. El mensaje que sobrevuela todo el libro es que este camino es muy duro y está bueno reconocerlo socialmente. La idea es no quedar paralizados en el dolor. Que también lo lean los médicos para ponerse en lugar de los pacientes.
Mantero es autora también de una biografía de la dirigente social Margarita Barrientos, al que define como «nada complaciente», y que acaba de ser reeditado en la Argentina.
-¿Qué cambió entre la primera edición y la actualizada?
– L.M.: Barrientos, a diferencia de lo que pasó con la primera edición, ahora apoya el libro. A ella le sirvió tomar distancia. Pasaron cinco años, lo releyó, se reencontró con el libro y gente de su entorno también pudo tomar cierta distancia. Nos reconciliamos, y de hecho ella escribió el prólogo. Lo cual es polémico porque un libro que prologa la propia protagonista puede dar a pensar que es complaciente… y sin embargo no lo es, para nada. Para mí escribir este libro fue quizás el trabajo más difícil que hice en mi vida. Porque lo que hace Margarita es impresionante, pero cuando vos tenés que llegar al hueso de un personaje tenés que contar también sus oscuridades. Eso es humanizarla. Esos matices son lo que hacen más interesante el libro sobre Margarita.
-¿Qué otros cambios hay entre la primera edición, de 2011, y esta de 2017?
– L.M.: Están actualizados los índices sociales a pie de página. Algunas cosas cambiaron y otras no. Por ejemplo: en 2011, según las consultoras privadas, ya que no había datos oficiales, la pobreza era del 30 por ciento. En 2017 es del 30 también, y ahora bajó un poco. Sirve para tener elementos para poder juzgar. También otros índices que aparecen como población en villas, consumo de drogas… es darle al lector una herramienta más para poder analizar el contexto social y político. También hay un epílogo que hace un racconto de lo que pasó en su vida en los últimos cinco años. Y dentro de eso está la pelea con el Papa Francisco, la llegada de Michelle Obama, que habló de ella en público y su federalización: Margarita pasó de trabajar solo en la Ciudad de Buenos Aires a llegar a Cañuelas y Santiago del Estero. Además, cambió el contexto político: ahora los vientos soplan más a su favor.
-¿Qué lector imagina para este libro?
– L.M.: El lector tipo es el que admira lo que hace Margarita, o tiene curiosidad y quiere entender por qué hace lo que hace. También el que quiere entender un poco más de la realidad social, un momento de la historia argentina contado por los protagonistas que más sufren… la pobreza contada en primera persona. En el libro explicito mi extranjeridad en el mundo de la pobreza. No finjo un lenguaje que no es mío y trato de escaparle a las miradas paternalistas, por eso es un libro muy difícil. Todo el tiempo uno se está enfrentando a sus propios prejuicios para no hacer un estereotipo del tema. También al que quiere entender de adentro las historias de los que más sufren, sin miradas fáciles, paternalistas ni demonizadoras, le va a interesar este libro.