El jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y el expresidente Mauricio Macri se reunieron hoy para analizar el panorama de candidaturas del PRO rumbo a los comicios de este año, aunque sin definiciones en los distritos más significativos en términos electorales, como la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Fuentes partidarias al tanto del contenido de la conversación afirmaron a Télam que se trató de «una muy buena reunión, como todas las que tienen cada 15 o 20 días».
«Algunas trascienden y otras no, se conocen y laburan juntos hace 20 años», indicaron las mismas fuentes, con lo que intentaron desdramatizar las últimas fricciones de los dos dirigentes del partido.
Según se indicó, en el encuentro Larreta y Macri «repasaron la situación del PRO en todo el país y la situación económica nacional», al tiempo que manifestaron «una especial preocupación» por la decisión de canjear los bonos en dólares en manos de organismos públicos por bonos en pesos y coincidieron en «la gravedad» de esa medida.
Aludieron así al canje anunciado esta semana por el ministerio de Economía, que involucra a los bonos bajo ley extranjera que se encuentran en poder de organismos del sector público nacional.
La reunión entre Macri y Larreta se concretó esta mañana en el Tenis Club Argentino, duró 55 minutos, y si bien hubo un repaso de todos los distritos del país y el estado de las postulaciones en cada provincia, no se llegó a un acuerdo para destrabar la cuestión de las candidaturas en CABA y provincia de Buenos Aires.
En ambos distritos abundan los precandidatos del PRO, y tanto larretistas como macristas pugnan por candidatearse a jefe de gobierno porteño o a gobernador bonaerense.
En la CABA están lanzados a la disputa por la sucesión de Larreta su ministro de Salud, Fernán Quirós; la titular de Educación en el distrito, Soledad Acuña, y el vicepresidente 1º o de la Legislatura, Emmanuel Ferrario.
A este grupo se suma Martín Lousteau, socio político de Larreta en la Ciudad y quien desde Evolución, su línea interna de la UCR, también aspira a ser el próximo alcalde.
Macri, por su lado, respalda en el territorio porteño las aspiraciones de su primo Jorge, quien durante varios períodos fue intendente de Vicente López y actualmente ocupa el ministerio de Gobierno porteño.
Una situación similar ocurre en la provincia de Buenos Aires, donde Larreta respalda como candidato a gobernador a Diego Santilli, mientras Macri y Patricia Bullrich se inclinan por otros postulantes, como Néstor Grindetti, Cristian Ritondo, Javier Iguacel o Joaquín de la Torre.
Todas estas especulaciones además se suman a la principal: si Macri será o no candidato presidencial.
Desde su regreso al país hace pocos días desde Europa, Macri se preocupó por mostrarse hiperactivo, para lo cual exhibió una serie de reuniones con dirigentes políticos, al tiempo que presentó su libro «Para qué» en la ciudad de Rosario, que está en el centro de los debates por la problemática del narco.
La definición de Macri sobre su eventual postulación se aguarda recién para el mes próximo o para mayo y no sería inminente, pese a las ansiedades que esto genera puertas adentro.
En la reunión también se habló del reciente acuerdo alcanzado entre dirigentes de JxC en Salta, que evitó la ruptura de la coalición opositora en esa provincia.
En las últimas semanas se había especulado con que el PRO y la UCR presentarían listas separadas para la gobernación.
Sin embargo, finalmente hubo un acuerdo de dirigentes opositores, en el que intervinieron Gerardo Morales, Martín Lousteau y Patricia Bullrich, lo que fue avalado por la justicia local, y eso ahuyentó el riesgo de ruptura.
Esto permitirá que la UCR, el PRO y el Frente Plural se presenten unidos en los comicios.
Con este marco, el candidato de JxC para la gobernación de Salta será Miguel Nanni, radical, quien será secundado por una dirigente del PRO aún a definir, pero todas las especulaciones apuntan a la diputada nacional Virginia Cornejo.
Otras negociaciones de las últimas semanas también permitieron llegar a consensos en distritos como Tucumán y Córdoba: en la provincia mediterránea, Luis Juez será el candidato a gobernador mientras que Rodrigo de Loredo se debate entre acompañarlo como vice o ser candidato a la intendencia de la capital cordobesa.
Más allá de las negociaciones por las candidaturas provinciales, el PRO todavía tiene abierto el rubro de postulantes a la Casa Rosada, con varios precandidatos pujando por ser el representante de ese partido en una eventual PASO contra el radicalismo.
En el partido amarillo consideran que el escenario ideal sería que solo haya un único precandidato o precandidata del PRO para que luego compita mano a mano contra un precandidato de la UCR en las primarias de JxC.
Por el PRO están lanzados Larreta, Bullrich y también María Eugenia Vidal, con la ya mencionada incógnita sobre qué hará Macri.
Por la UCR, en tanto, ya se presentó formalmente como candidato el jujeño Morales, quien en los últimos meses viene mostrando cercanía con Larreta; también anunció su intención de competir el diputado Facundo Manes, aunque sin lanzamiento oficial.
Sin embargo, tanto en el PRO como en el radicalismo buscan bajar la ansiedad y advierten que aún falta mucho para el cierre de listas, previsto para finales de junio, por lo que todavía hay margen de negociación.
Cerca de Larreta sostienen que Macri podría ganar en primera vuelta pero que perdería en el balotaje: aseguran que el exmandatario tiene en su poder estas encuestas y lo imaginan como un gran elector del espacio pero no jugando por su vuelta a la Casa Rosada.
Por el lado de Vidal, en tanto, dejan trascender encuestas en las que reflejarían que la exgobernadora y actual diputada repuntó en intención de voto, y que se estaría acercando a Larreta.
La exgobernadora, que este fin de semana se casa con el periodista Enrique Sacco, es otro nombre que Macri puso en el camino de Larreta.
En el fondo, más allá de las internas, Macri y Larreta difieren centralmente respecto de cómo debería ser la impronta del próximo Gobierno, en caso de que gane la coalición opositora.
Macri imagina una política de shock de aplicación rápida, con recortes del Estado y cambios legislativos, aunque ese paquete no genere consensos con una hipotética oposición en el futuro inmediato.
Larreta, en cambio, explora un camino de mayor gradualismo y, sobre todo, que se construyan políticas negociadas con el peronismo y otros adversarios políticos.