Un total de 3.700.000 alumnos de nivel inicial, primaria y secundaria volverán a las clases presenciales mañana en escuelas públicas y privadas de 40 municipios del Área Metropolitana de a provincia de Buenos Aires (AMBA).
La medida fue anunciada el viernes pasado por el gobernador Axel Kicillof y se debe a que el AMBA dejó de ser zona de “alarma epidemiológica” por el descenso de casos de coronavirus.
En ese sentido, el jefe de gabinete bonaerense, Carlos Bianco, afirmó esta mañana en una conferencia de prensa que «se redujeron los casos de coronavirus, lo que permite volver a la presencialidad en el AMBA».
Es que el DNU con medidas de cuidado para mitigar el avance de la segunda ola de coronavirus que atraviesa el país, establece un semáforo epidemiológico, de acuerdo con el cual se establecen distintos tipos de restricciones según la situación sanitaria en cada distrito del país.
Así, dispone que los distritos de «Alto Riesgo», aquellos que registran entre 250 y 500 casos cada 100.000 habitantes, pueden tener clases presenciales, y ese número en el AMBA se encuentra en 432.
En ese marco, Bianco explicó que en el territorio bonaerense se «la vuelta a las clases presenciales se lleva adelante de la manera más cuidada posible».
Puso de relieve que, para ello, se desarrollaron «tres medidas novedosas: la utilización de 33 mil medidores de dióxido de carbono para saber si el aire está viciado, la vigilancia epidemiológica activa y la entrega de turnos para las y los trabajadores de la educación».
Con una inversión de $622 millones, se distribuyeron 33.000 dispositivos medidores de dióxido de carbono (CO2) a las más de 11.000 escuelas de gestión estatal.
El monitoreo de CO2 permite regular el nivel de apertura de las puertas y ventanas necesario para una adecuada ventilación que mitigue el riesgo de contagio y aporte la mayor comodidad térmica posible en el contexto de bajas temperaturas.
Asimismo se extenderá el Plan de vigilancia epidemiológica activa en las escuelas, con una inversión del estado provincial de $117,5 millones, a través del cual los equipos de salud realizarán testeos muestrales aleatorios a docentes y auxiliares para la detección de casos asintomáticos.
Además «se continúa con el refuerzo de la inversión presupuestaria para la provisión permanente de insumos de limpieza, desinfección y elementos de protección personal, por el cual la Provincia lleva invertidos $1.222 millones desde el inicio de la pandemia».
A estas medidas de refuerzo se suma la continuidad de las obras de mejoramiento de la infraestructura desarrolladas por el programa «Escuelas a la obra», que lleva comprometida una inversión de $6.570 millones y las acciones de fortalecimiento de los planteles docentes a través de la cobertura de 34.123 desempeños auxiliares y docentes dispensados.
En paralelo, el fin de semana pasado, el gobierno bonaerense distribuyó los turnos de vacunación para la totalidad de docentes y auxiliares inscriptos que aún no habían recibido su primera dosis.
Al día de hoy, el 68,14% (356.382) del personal de educación recibió su inmunización.
Desde el Poder Ejecutivo bonaerense se planteó que la vuelta a la «presencialidad cuidada» se dará «con el estricto cumplimiento de las medidas establecidas en el Plan Jurisdiccional con el que se inició el presente año lectivo».
De esta manera, continuará siendo obligatorio «el uso correcto de tapaboca en todo momento, los agrupamientos de estudiantes para respetar el distanciamiento requerido, los ingresos y egresos escalonados para evitar la concentración de personas y la alternancia de clases presenciales y no presenciales».
El Plan Jurisdiccional para el Regreso Seguro a Clases Presenciales además establece una adecuada ventilación de los espacios que habiten estudiantes y docentes y la concurrencia a través de «burbujas», es decir, una semana concurre al establecimiento la mitad de un curso y la siguiente estudia desde sus casas, de manera virtual.
En la conferencia de esta mañana, Bianco afirmó que la decisión para que regresen las clases presenciales en el AMBA se adoptó en base a «parámetros objetivos» y recalcó que no hubo «especulación política» en ese sentido.
Planteó no entender la polémica iniciada por algunos referentes de la oposición, que plantearon «discriminación» a sus distritos, ya que «el indicador es rígido y objetivo: si hay menos de 500 casos cada 100 mil habitantes en las últimas dos semanas, las clases presenciales pueden regresar».
El funcionario rechazó las «quejas» de los intendentes del interior en cuyos municipios «la incidencia de casos es mayor» y dijo que «la regla es general».
De ese modo, el funcionario aseguró que «cambió la situación sanitaria, lo que lleva a que en algunos casos se puede tener clases presenciales y en otros todavía no» y negó que se «discrimine» al interior al plantear que «si dan los números, se volverá a las aulas».
En igual tono se pronunció ayer la directora general de Cultura y Educación, Agustina Vila, quien afirmó que «las mejoras epidemiológicas permiten regresar a la presencialidad escolar» y resaltó que el Gobierno de Kicillof «siempre priorizó la educación».
«Con muchísimo cuidado, compromiso y priorización por la educación se buscó siempre (articular) las condiciones epidemiológicas y educativas, trabajando para el cuidado, limpieza y ventilación de los edificios; con pautas de capacitación para que estudiantes, docentes y auxiliares habiten de manera distinta la escuela», describió.