Los llamados movimientos sociales, con el refuerzo de otras formaciones de menor entidad, anunciarán el 1° de mayo la creación de un sindicato único del sector, que se consagrará, congreso constitutivo mediante, en el segundo semestre de este año, según confían sus promotores.
Aún con matices de concepción estratégica entre los distintos grupos, que no permiten por ahora hablar de una postura unificada, la posibilidad de integrarse en forma orgánica a la Confederación General del Trabajo (CGT) entusiasma a varios de los líderes piqueteros más influyentes consultados por Telam.
El primer paso en dirección a la idea de constituirse como una organización con el estatus de sindicato se dará el Día Internacional de los Trabajadores, el 1° de Mayo, en las inmediaciones del monumento al Trabajo (Paseo Colón al 800) «muy probablemente», dijeron a esta agencia voceros del sector, aunque es una cuestión aún no cerrada.
«Este año queremos avanzar fuerte en este proceso de unificar al conjunto de los movimientos sociales en una representación gremial que aglutine y articule los reclamos ante el Estado. El 1° de Mayo haremos y daremos una señal de acumulación», dijo a Télam, Daniel Menéndez, referente de Barrios de Pie, uno de los que promociona un «gremio único de los trabajadores de la economía popular».
Imagina, al igual que varios de sus pares, que la iniciativa terminará de cristalizarse «en últimos meses del año», y tendrá como efecto la constitución formal del «Sindicato Unico de los Trabajadores de la Economía Popular» (Sutep).
«Se hará un congreso que implemente la necesaria organicidad de una estructura para este espacio», añade Menéndez.
En cualquier caso, el proyecto de gremio único recién está dando sus primeros pasos: aún no hay documentos elaborados que fundamenten su rol, fundamentos y objetivos, aunque sí mucho debate interno y reuniones que apuntan a consolidar la idea de que «en términos jurídicos y organizativos, los trabajadores de la economía popular podemos agruparnos bajo el formato de sindicato único» según la mirada de Gildo Onorato, de Ctep.
En rigor, el concepto de sindicato corresponde a las agrupaciones de trabajadores que se desarrollan para defender los intereses vinculados a las tareas que llevan adelante quienes las componen; se desconoce hasta acá qué grado de aceptación pueda tener para el Ministerio de Trabajo esta forma de organización sindical.
Para los movimientos sociales no es un tema menor una posible confluencia con la CGT; con la consigna de «unidad en la acción» varios veces coincidieron en los dos últimos años movimientos sociales y sindicatos, sea con Hugo Moyano o con gremios enfrentados al camionero.
«Hablamos mucho con la CGT. Con (Juan Carlos) Schmidt nos damos apoyo, Gerardo Martínez hizo público que hay que afianzar el vínculo con nosotros y con (Héctor) Daer, es buena la relación. Llegado el caso él puede proponer que nos integremos pero hay que convencer a los demás» jefes sindicales dijo a Télam, el secretario General de la Ctep, Esteban «Gringo» Castro.
Las organizaciones sindicales clásicas, más apegadas a la ortodoxia, rechazan de plano la sola idea de convivir bajo un mismo techo con los colectivos sociales.
Frente a eso, Castro resalta «la prudencia y el tiempo» que los movimientos sociales se toman para dar pasos y no sería la excepción la formación de «un sindicato de nuevo tipo, cuyos trabajadores no tienen patrones»; aunque al mismo tiempo admite que «queremos mayores niveles de formalidad, queremos estar en la CGT».
En tanto, desde la Corriente Clasista y Combativa (CCC), de fuerte e histórica presencia en sindicatos de base de todo el país, con organizaciones de jubilados y trabajadores que se cayeron del trabajo formal, no está todo dicho porque debaten no sólo la constitución misma de un gremio unificado sino la integración a la central obrera.
«Tenemos consulta y debate internos por nuestro compromiso de nunca transformarnos en sindicatos o partidos y con recaudos ante cualquiera de las centrales. Tenemos la presión de nuestros compañeros de Ctep y Barrios de Pie pero el resultado es abierto e incierto» dijo a Télam, Fredy Mariño, referente de la CCC.
Por su parte, Cristobal Cervera, del Frente Popular Darío Santillán, organización que poco antes de diciembre del 2016 articula con los Cayetanos se mostró reacio a la posibilidad de sumarse a «una CGT dialoguista» -cuando la nueva conducción quede finalmente constituída- y reivindicó la marcha del 21 de febrero que planteó «resistir y combatir medidas de este gobierno».