El Defensor del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, Guido Lorenzino, consideró hoy que el lenguaje inclusivo “no es de nicho”, y opinó que se trata de un debate instalado en la sociedad y «que es necesario acompañar», al abrir el primer Congreso de Lenguaje Inclusivo que comenzó esta mañana en la ciudad de La Plata.
“Buenos días a todos, a todas y todes, no es saludo habitual en mí pero el marco lo amerita y hoy entre todos tenemos que re pensarnos en muchos aspectos”, dijo el defensor al abrir el encuentro, tras subrayar que “el lenguaje es un tema que tiene que ver con espacios de poder”.
Al Congreso se acercaron estudiantes pero también profesionales dispuestos a reflexionar sobre la temática.
Claudia Diaz, fonoaudióloga, explicó a Télam que se inscribió porque «el lenguaje inclusivo irrumpió y generó tensiones, criticas y adhesiones, y es interesante ponerlo en debate. Me interesa la dinámica social que está apareciendo en la comunicación», agregó.
Para María Silvia Cesanelli, docente y fonaudióloga, es «fundamental escuchar las diversas posturas para poder hablar con criterio. En el área de la docencia aparece mucho el lenguaje inclusivo y está bueno preguntarse si el uso es una cuestión de forma, o si es de forma y de contenido. También es interesante analizar cómo es la escritura en inclusivo», apuntó.
Frente a un auditorio colmado en su capacidad, en el Edificio Sergio Karakachoff de la Universidad Nacional de La Plata, Lorenzino abrió las jornadas en las que se propone debatir “desde el arroba interviniendo en la escritura al todes, como forma de organizarnos”, junto autoridades de la UNLP como el secretario general Patricio Lorente; la prosecretaria de Derechos Humanos de la UNLP, Verónica Cruz; la decana de la Facultad de Humanidades, Ana Julia Ramírez; el defensor del Pueblo Adjunto, Walter Martello, y Karina Nazabal, secretaria de Políticas de Género, Niñez y Adolescencia de la Defensoría bonaerense.
“Cuando uno piensa en el rol del defensor del pueblo se lo vincula con tarifas o temas de salud”, dijo Lorenzino, pero «también forma parte de la labor el discutir lo que pasa todos los días en la sociedad, y generar estos espacios”.
“Construir ciudadanía es discutir los temas que nos interpelan. Es necesario defender los derechos, pero también visibilizar esos que todavía están en plena ebullición”, agregó.
El defensor se preguntó en qué lugar está hoy el lenguaje inclusivo: “Está en todos nosotros. No es un tema de nicho, es un tema de nuestra sociedad, y en pos de acompañar lo que esta sociedad va construyendo e interpelando, hoy tomamos el tema tratando de cuidar la institucionalidad», indicó.
Para Lorenzino, “no es solo el lenguaje lo que se debate, sino algo más profundo que tiene que ver con terminar con la desigualdad y con los oprimidos. El que sale de acá sin hablar con la e, estará todo bien, se trata de que entedamos que estamos debatiendo algo más profundo, que es la desigualdad y la inclusión», remarcó.
Llorente, por su parte, reconoció que en lo personal le cuesta el uso del lenguaje inclusivo pero celebró “el cuestionamiento del lenguaje”.
“El lenguaje no es lo que un grupo de académicos decida que es, sino lo que los hablantes hablan y usan”, remarcó tras relatar como un programa de televisión de la universidad llamado “Todes” recibió críticas porque “a muchos les parecía un horror usar un término que contradecía a la lengua española”.
Por último, Nazabal se preguntó “¿Podría ser que el todes alguna vez deje de interpelar a todes? ¿A quiénes interpelamos y quiénes son los que rechazan este lenguaje inclusivo?: Al poder. Cuando hablamos de lenguaje inclusivo hablamos lo que nos invisilizó hace siglos», concluyó la especialista.